Cuauhtémoc marca la ruta
Cuando la líder nacional de MORENA, Yeidckol Polevsnky, denunciara que a través de distintas prácticas fuera de toda ética política, el manejador, vicegobernador, gobernador, vocero y todo lo que usted pueda acumular de José Manuel Sanz, y quien ante la ausencia permanente del gobernador, (que está más en restaurantes, echando la cascarita, viendo partidos de fútbol y descansando, y que promete que no nos va a fallar, y que son “un chingo” de delincuentes, ha llenado todos los espacios y no hay ningún movimiento del Gobierno de Morelos que no controle, supervise, y apruebe. Su concentración de poder es tal, que además de lo político, ha colocado a incondicionales suyos en puestos administrativos que le permite maniobrar negocios, concesiones y autorizaciones de todo tipo, es decir, no es un hombre fuerte, es poderosísimo, que quien lo señale puede ser despedido, vetado y hasta sufrir consecuencias físicas graves, ya sea por accidente o por coincidencia. Es decir, le guardan temor por ser un tipo ozco, poco sociable, temerario, déspota y soberbio, eso sí, su gusto por las buenas comidas, bebidas y buenas compañías, le han dado fama. Yeidckol Polevsnky se equivocó como lo definió: se quedó corta. Cabe aclarar que ella en la entrevista de radio SÍ la escuchamos bien, donde se refirió a Sanz como el “Español ese”, lo de “Españolete”, ya fue una deformación, que en su enojo e ira, el propio Sanz se auto-infringe,auto-flagelándose, asumiéndose discriminado, ofendido, y va a buscar el ala protectora de Cuauhtémoc, quien como todos conocemos, lo defiende más que un hijo a un padre. El paradigma ahora, es saber si José Manuel Sanz, agobiado de tanto poder, de tanto manejo excesivo de recursos financieros, y facultades que le dio el Congreso Local, ayuda a Cuauhtémoc Blanco o está dañando al propio gobernador, (incluso en las reuniones de seguridad en el estado, él es quien más las ha presidido ante la ausencia del gobernador). Y no es porque los morelenses tengamos baja autoestima o no, seamos malinchistas, el fondo es que el señor Sanz, ante su falta de conocimiento de la administración pública, su desprecio a la Ley y el estado de derecho, su escasa sensibilidad, su desconocimiento del estado, su desprecio hacia la política y los políticos, en su afán de poder enriquecerse, está logrando que lo que toca, lo descompone y lo contamina.. Ya encontró el modo, como lo es ofrecer espacios de poder a quien es su incondicional, o bien concesiones o recursos económicos, esa es su forma de hacer las cosas. Olvídese del diálogo, las formas políticas, los acuerdos, las capacidades, la experiencia, los currículum, la formación profesional, nada vale para él. La reflexión de fondo es si los empresarios, los comerciantes y los trabajadores, en suma los morelenses, estamos dispuestos a soportar, (y lo digo subrayado), soportar a un personaje de estas características. Finalmente, para que quede claro, diría que los que votaron por Cuauhtémoc Blanco, lo hicieron para que él gobernara, el Señor Sanz nunca apareció en la boleta, a quien finalmente le hicieron un cargo con facultades cósmicas, sin ningún requisito para que pudiera gobernar. Que Cuauhtémoc Blanco lo siga soportando, lo entendemos pero… ¿qué culpa tenemos los morelenses? ¿Cuánto tiempo vamos a soportar los morelenses al español Sanz?