Una vez m\u00e1s se cumple el ritual mexicano: construir apresuradamente un \u00eddolo para despu\u00e9s descubrirle fallas que eran evidentes desde un\u00a0 principio.<\/p>\n
Ahora resulta que la Federaci\u00f3n Mexicana de Futbol se acaba de dar cuenta de lo que significa el error de una \u201ccanonizaci\u00f3n\u201d equivocada que elev\u00f3 a los altares a un santo equivocado\u2026 y tom\u00f3 cartas en el asunto, y sac\u00f3 \u201cla roja\u201d. La decisi\u00f3n de cesar de manera fulminante al \u201cPiojo\u201d se dio por presi\u00f3n de los due\u00f1os de los equipos de la \u201cliga de la patada\u201d cuya paciencia estaba colmada\u2026<\/p>\n
Muy caro pag\u00f3 Miguel Herrera el precio de la fama ef\u00edmera. El iracundo t\u00e9cnico nacional incumpli\u00f3 el deber fundamental de custodiar los colores del uniforme, dar buen ejemplo y honrar al deporte m\u00e1s popular\u2026<\/p>\n
El t\u00e9cnico nacional agredi\u00f3 a sus detractores con premeditaci\u00f3n, alevos\u00eda y ventaja; intent\u00f3 violar la libertad de expresi\u00f3n a pu\u00f1etazos\u2026 y se lo carg\u00f3 la ley de la gravedad.<\/p>\n
El cobarde \u201cPiojo\u201d ahora ya no es poco m\u00e1s que menos, si acaso la memoria de un infame t\u00e9cnico mediocre; m\u00e1s conocido por sus esc\u00e1ndalos que por sus dotes balomp\u00e9dicas; un l\u00e9pero de majader\u00eda infinita; un incivil \u201cviolentito\u201d a quien forraron de billetes para salvar el gran negocio futbolero.<\/p>\n
En los estadios \u2013y hasta en Los Pinos\u2013 lo hicieron h\u00e9roe nacional. Gestos, visajes sicop\u00e1ticos y la imagen pat\u00e9tica de perpetua caricatura lo anidaron en el altar de la patria. \u201cEl Piojo\u201d tambi\u00e9n fue un gran vendedor de ilusiones vanas.<\/p>\n
Y ya vieron.<\/p>\n
Somos exagerados para el amor y desmesurados para el desprecio.<\/p>\n
De un d\u00eda para otro los elogios se vuelven censuras; la construcci\u00f3n precipitada del \u00eddolo con patas de barro \u2013\u00bfcu\u00e1ntas patas tiene un piojo?\u2013 sigue la trayectoria natural del ritual mexicano: derribar el \u00e1rbol para hacer le\u00f1a cuando est\u00e1 ca\u00eddo.<\/p>\n
Hoy gozamos con el destazadero de aquel a quien algunos veneraron hasta la ignominia, como si le quisi\u00e9ramos achacar al \u00eddolo de barro, toda la autocr\u00edtica por nuestra desmedida ilusi\u00f3n rom\u00e1ntica.<\/p>\n
\u201cEl Piojo\u201d se ech\u00f3 la soga al cuello por el altercado aeroportuario en Filadelfia tras ganar la Copa de Oro. La copa mal habida, donde lo que hubo detr\u00e1s s\u00ed es lo de m\u00e1s\u2026<\/p>\n
La ca\u00edda de \u201cEl Piojo\u201d estaba anunciada desde hac\u00eda semanas. La pendencia con sus detractores s\u00f3lo precipit\u00f3 la decisi\u00f3n superior de darle \u201cflit\u201d al insecto.<\/p>\n