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CUERNAVACA, Mor., 6 de julio de 2022.- Pese a la tragedia que enfrenta, la distancia y la pérdida de su padre y abuelo, la familia Toledo Díaz toma a Dios como soporte y a los hechos de Highland Park como un grave acontecimiento pero que nadie hubiera podido adivinar.
Francisco Toledo Díaz, hijo mayor de Mario Nicolás Toledo, el hombre de 78 años que encontró la muerte cuando se encontraba junto con sus hijos y sus nietos cuando sobrevino el tiroteo durante el desfile conmemorativo por el Día de la Independencia de Estados Unidos, se le nota dolorido, pero en camino a la resignación.
“¿En qué forma lo estamos enfrentando? Pues resignándonos, ¿no? a lo acontecido.. porque nadie se lo esperaba. Creo que tenemos que tomar las cosas con calma”, dice en entrevista al destacar que junto con su familia y hermanos, forman parte de la comunidad Cristiana Pentecostal de la comunidad.
En el patio de su casa ubicada en la comunidad de Tlatenchi, Francisco Toledo asegura que su padre fue a Illinois a hacer algunos trámites derivados de su residencia, y se regresaba.
“Pues fueron años (en Estados Unidos)… se puede decir que allá crecimos, allá nos crío, podemos decir, en el campo. Decidió irse cuando yo iba a cumplir 16 años… Y ya es cuando él comenzó a trabajar él allá, después agarró documentos, empezó a ir y venir, luego se jubiló…”
Don Mario Nicolás, nació en Nexpa, municipio de Tlaquiltenango. Tenía su domicilio en la colonia José Ortiz de Domínguez en Zacatepec y fue campesino toda su vida; mantuvo a su familia con su trabajo en los Estados Unidos, y con los años regresó a Morelos.
“Aunque fuimos bastantes y estuvimos, se puede decir, en pobreza, nunca nos dejó sin comer Él siempre sembró, cosechaba sus frijolitos, su maíz y con eso teníamos para el año. Tenía sus animalitos y los vendía y con eso nos compraba ropa”.
Del tiroteo, del que salieron heridos también otros miembros de su familia, Francisco reitera que a pesar de cualquier maniobra del ser humano, el destino se impone.
“Nunca pensamos que fuera a suceder eso (…) cómo fueron a ponerse ellos mero enfrente y cómo aquél (el tirador) se fue a poner mero enfrente… pues ya es de Dios”.
Para el tirador, y asesino de su padre y de otras cinco personas, identificado como Robert E. Crimo III, Francisco no tiene sentimientos de odio. “Odio no le tengo porque yo se que no es la persona directamente, sino que está siendo engañados por el enemigo, por un mal espíritu”.