Sensibilidad

Aunque la sensibilidad se define como la capacidad para percibir sensaciones a través de los sentidos o para sentir moralmente, este concepto lo usamos generalmente para referirnos a la sensibilidad política o sensibilidad humana que puede o debe tener una persona en su desempeño o en su trato con los demás. Quién tiene sensibilidad puede percibir las actividades, intenciones o motivaciones de un individuo, familia o grupo social y en el caso de la función pública la información y la inteligencia son fundamentales para la toma de decisiones pero si estás no van acompañadas del ingrediente sensibilidad es muy probable que los hechos o las acciones que se emprendan fracasen porque no se toma en cuenta la situación anímica, el entorno y las causas de los sucesos a enfrentar o los problemas a resolver.

Todo servidor público está obligado a pensar, actuar y proceder con sensibilidad, quién es sensible a los conflictos y problemas que acompañan a la sociedad abordará las situaciones con actitud de comprensión y es aquí donde aplica la máxima de las tres “C” que refería Jesús Reyes Heroles cómo “Corazón, Cabeza y Carácter”.

Corazón para entender y comprender las necesidades, angustias y sufrimientos de los demás., Cabeza para recopilar y ordenar la información para con inteligencia planear y organizar la ruta y la agenda de lo que se debe hacer para abordar y resolver los problemas., Carácter para que con firmeza y determinación se ejecuten las acciones adecuadas y convenientes para tener éxito en todo aquello que se deba emprender, todo esto es tener sensibilidad social o pública pero también sensibilidad humana.

En la vida pública sea en la administración o en la política es imprescindible que los actores, gobernantes y funcionarios, servidores públicos o burócratas en general tengan sensibilidad para atender a la gente, al público sobre todo en áreas tan sensibles como los servicios de salud, de educación y todos porque en mucho del buen trato y de la comprensión depende la relación entre Estado y Sociedad así como el grado de confianza, respeto y credibilidad que el público pueda tener en el gobierno y la autoridad.