
Entre Hipona y los Andes
México cambió a partir del 2 de julio con el voto de la mayoría de los ciudadanos; se modificó el escenario electoral y la correlación de fuerzas políticas.
Desde el año 2000, Morelos ha transitado por escenarios de elecciones concurrentes; desde elegir al Presidente de la República, Gobernador del Estado, hasta presidentes municipales y Congresos federal y local, los resultados son distintos, y en ocasiones inéditos.
Desde el año 2006, la presencia y simpatías por el presidente electo López Obrador han mantenido una constante de sus seguidores y simpatizantes; el trabajo personal del hoy presidente electo en el territorio nacional le dio frutos, así, Obrador fue candidato por distintos partidos en sus diferentes elecciones. Ahora con MORENA, además de ganar la Presidencia de la República, lo hizo con la fortaleza y arrastre que tuvo a quienes ni siquiera imaginaban que podían ser diputados, federales, locales o presidentes municipales. En Morelos en esta elección se mezcló de todo, gente popular sin conocimientos o gente desconocida que fue invitada a participar a última hora. Fue tal el ánimo ciudadano por votar por MORENA que hasta ganaron los que menos esperaban.
Esto ha sido una constante en Morelos y los últimos gobiernos han marcado el desgaste de las instituciones como lo es el pago de favores, la contratación de amigos y familiares en los cargos públicos más allá de una reconocida capacidad, solvencia o experiencia en la administración pública de quienes son designados. La invitación a venir a vivir a Morelos a trabajar por los gobernantes en turno a amigos (aún violentando la Ley), ha sido una actividad permanente, teniendo como resultado -ya en el ejercicio de sus cargos de gobierno-, un tráfico de influencias de funcionarios que acaban convirtiéndose en mafias en el poder.
La prueba de fuego del nuevo Gobierno del Estado de quienes pregonan que combatirán la corrupción está a la vista; la información disponible de muchos de los que son funcionarios ya designados, además de no reunir los requisitos de residencia, de experiencia o de algún resultado profesional que se les conozca en el ámbito administrativo, sólo gozan y tienen fama de hacer negocios, como quien se va a convertir en el súper secretario y gobernador de facto José Manuel Sanz.
La administración que terminó tuvo su ocaso por los abusos y excesos, la administración que inicia está repitiendo la dosis, recurriendo a todo tipo de presiones involucrando y ofertando favores para alinear a quien sea necesario para convertir el estado nuevamente en un espacio de enriquecimiento por funcionarios públicos.
Urge que en Morelos la ciudadanía participe y a tiempo condene estas conductas que tanto han dañado al estado.