
Desaparición de personas en México. ¿Qué hacer?
(Des) control de daños.
A casa Morelos llegaron con sentido de inconformidad el delegado de la secretaría de Gobernación, Juan Molina Arévalo, y el director de la Cuenca Balsas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Víctor Hugo Iglesias Pérez. Al nuevo titular del centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Héctor Armando Castañeda Molina, le indicaron rechazar la convocatoria a la oficina del gobernador Graco Ramírez.
En el ocaso de la tarde del martes 25 de julio en Cuernavaca el ambiente enrarecido encumbraba la tensión, a 13 días de que la tierra devorara el automóvil de Juan Mena López y su hijo Juan Mena Romero, la confrontación entre los gobiernos morelense y federal alcanzaba el cenit.
En su territorio, Graco estimulaba los reproches a dos funcionarios federales con mera personalidad representativa e incluso el secretario de gobierno, Matíaz Quiroz, se dio el gusto de sumarse a la reunión cinco minutos después en la disculpa de haber culminado otra reunión.
Molina Arévalo en plan de distender dejó hablar al gobernador quien en tono de regaños volvió a utilizar los argumentos que a los largo de 13 días empleó para señalar y clavar una docena de dárdos a la SCT.
En las reflexiones de Gobernación federal había llegado el momento de poner alto al fuego cruzado visto que a Gerardo Ruiz Esparza, aun con su grado de responsabilidad, no le será cercenada la cabeza, pero las andanadas de Graco mandaban por el socavón los intentos del control de daños.
Paralelamente SCT difundió el proyecto para sustituir la zona siniestrada con un viaducto sostenido por columnas de 25 metros para permitir el flujo hidráulico de la cañada. (Es de cárcel el proyecto de haber mantenido con relleno de tierra la vialidad sobre un cuerpo de agua).
Pero de la reunión en casa Morelos el acuerdo fue volverse a encontrar en otra arena, la Secretaría de Gobernación, toda vez que previamente hubo otro diferendo sobre el lugar de la cita. SCT propuso llevar el encuentro en su sede capitalina de avenida Xola, pero el gobernador se impuso en casa Morelos y eso derivó la ausencia del delegado de Comunicaciones.
La tensión no bajó y por la mañana en los rotativos nacionales apareció en cabezas principales la nota de que Protección Civil morelense también fue omisa al problema y se le había advertido tomar medidas de apremio frente al temporal de lluvias.
Fue atizada la lumbre y la respuesta del gobierno estatal fue reiterante que se trata de una obra federal por tanto las consecuencias deben asumirlas en ese ámbito. La ruptura ya no tenía ningún matíz.
Habían pasado 24 horas y al viejo Palacio de Cobián llegó Graco con Matías Quiróz y el Coordinador Estatal de Protección Civil, Javier Bermúdez Alarcón pero ahora les tocaba jugar en terreno visitante frente a los mandos federales.
Salomónicamente Gobernación dispuso su sede en una confrontación abierta entre el estado de Morelos y la SCT. Pero desde la mañana le avisaron a Graco y comitiva que no sería Miguel Ángel Osorio Chong el anfitrión sino el subsecretario René Juárez Cisneros.
Así se lo comunicaron en la columna “Fray Bartolomé” del diario Reforma .
El ex gobernador de Guerrero saludó a Graco y compañía para inmediato demandarle cesar las críticas: “Nosotros también podemos ir a los medios”, le espetó y el morelense no contuvo la molestia, esbozó la indignación ciudadana, el caso omiso a las advertencias así como la censura a los plazos de reparación.
El mandatario morelense advirtió la imposibilidad de culminar el nuevo viaducto en 10 semanas y rechazó los diagnósticos previos. Gobernación en revire invitó a la autoridad morelense a participar entonces en la reconstrucción pero la respuesta fue negativa.
Al cabo de 30 minutos de reproches mutuos Juárez Cisneros y Graco Ramírez dosificaron el tono y dieron paso a los detalles técnicos del repuesto en el paso exprés, pero la fisura institucional quedó insalvable, como el socavón y 14 días de golpes en la prensa.
En Gobernación, empero, reconocen que la SCT erró y el cambio de delegado no ha mitigado el impacto no solo a la dependencia de Gerardo Ruiz Esparza sino también a la institución presidencial, donde les ocupa la resonancia directa a la figura presidencial.
La molestia con Graco Ramírez es que en la insistencia de evitar daños colaterales por el socavón recargó y sobregiró los rejones de castigo al Ejectuvo federal. “Uno, dos o tres días bueno, pero ya nos había agarrado diario y eso no se lo ibamos a seguir tolerando”, confió una voz federal a esta columna.
El desconcierto (enojo) es con un gobernador al que no solamente le dieron apoyo de recursos a manos llenas en los primeros años, visitas presdenciales y espaldarazos púbicos, sino también le han tolerado discursos envalentonados sin atacarle la crisis de seguridad ni política por la cual ha transitado Morelos en el último año.
Pero la paciencia, todo indica, ha terminado y Osorio Chong no tuvo la cortesía de recibir a Graco.
ÚLTIMA LÍNEA.
¿El anuncio de una marcha con todos los opositores a Graco enmedio de la crisis del paso exprés? Siempre hay respuestas.