
Cuauhtémoc
NO HABRÁ FRENTE AMPLIO
En septiembre de 1999 robaba planas de diarios capitalinos las reuniones de la “Alianza por México” con los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática en puntales del primer intento real –y público- de conformar un frente opositor para sacar al PRI de Los Pinos.
En una casa de Diego Fernández de Cevallos en la lujosa colonia Lomas de Virreyes de la ciudad de México se citaban desde las 6 de la tarde hasta media noche representantes de los partidos Sociedad Nacionalista, Verde Ecologista, del Trabajo, Convergencia, PAN y PRD.
El “Jefe” Diego era encargado de convocar a los medios desde temprana hora cuando se aparecía por la antigua sede del PAN en aquella vieja y disfuncional casona de la colonia Del Valle.
Para hacer más atractiva la cobertura prometía tacos o pizzas a los reporteros y cumplía con creces el propio abogado quien ayudaba a acomodar la mesa con los antojos a fin de hacer más llevadera la espera de horas en el garage de su propiedad.
El objetivo era evidente: hace rudio, mucho ruido mediático para poner nervioso al PRI, al gobierno de Ernesto Zedillo y al inminente candidato oficial, Francisco Labastida Ochoa. Pero ¿era en serio el intento de una gran coalición anti priísta?
¿O se trataba de otra jugada para negociarle a Zedillo? El PRD de Amalia García no lo asumía de esa forma, el PAN de Diego…sí.
“Esas son mamadas” espetaba en su habitual y florido léxico el ex líder cetemista Leonardo “La Güera” Rodríguez Alcaine cuando le cuestionaron sobre las sonadas reuniones de los partidos opositores para tratar de hacer lo entonces impensable.
Agonizaba septiembre y con parcos comunicados de medianoche los reporteros comenzaban a hartarse, los editores dejaron de subir en primeras planas las reuniones aliancistas y el último periodo de sesiones en la cámara de diputados ardía con el tema del rescate bancario (Fobaroa).
El antihigiénco robo a la banca fue transformado en deuda pública con el voto del PR y el PAN en el Congreso. Esta decisión dio el primer tiro al frente opositor.
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En octubre revivió el tema de la “Alianza por México” cuando Amalia García (PRD); Dante Delgado (Convergencia); Alberto Anaya (PT), Diego Fernández (PAN); Gustavo Riojas Santana(Sociedad Nacionalista) y; Gloria Lavara (PVEM) anunciaron que los dos candidatos postulantes al frente opositor eran Cuauhtémoc Cárdenas y Vicente Fox. ¿Quien iba a declinar?
Cárdenas mandató a la zacatecana Amalia García negociar que el abanderado fuera decidido en elección preeliminar abierta. El PAN se opuso de inmediato y habló de decidirlo en encuestas.
El “impass” tenía matices para ambos partidos. Los panistas preguntaron cómo confiar en un partido donde sus propias tribus se roban las elecciones internas.
Meses atrás en ese 1999 el PRD intentó elegir por votación abierta a su dirigente nacional y el ejercicio culminó en el llamado “marranero”. Pablo Gómez asumió la presidencia interina y todo el ejercicio para encontrar al sucesor de Andrés Manuel López Obrador fue desechado por robos de urnas y otras mañas.
Posteriormente fue realizado un segundo intento y salió electa Amalia García, pero también inmersa en acusaciones internas de fraudes.
En ese antecedente los panistas argumentaron que no podían confiar en una elección primaria abierta conjunta con el perredismo y sin árbitro electoral por tanto la alternativa era contratar a una o varias casas encuestadoras para elegir al contendiente.
Para destrabar el diferendo, los partidos convocaron a un “grupo de notables de la sociedad” que les ayudara a encontrar un método satisfactorio. (En realidad los clavos ya estaban listos para enterrar la alianza)
A la convocatoria acudieron Sergio Aguayo, Jaime González Graff, Miguel Angel Granados Chapa, Gastón Luken, José Agustín Ortiz Pinchetti y Hugo Villalobos, entre otros.
Esta suerte de consejo ciudadano propuso realizar una consulta ciudadana similar al plebiscito y aderezada con encuesta telefónica para a la luz de sus resultados, tanto partidos como aspirantes “asuman su responsabilidad”.
María Marván Laborde, ex presidenta del IFE reseñó lo que ella vió y escuchó en ese intento de alianza como integrante del grupo de notables: “Ni los partidos, ni el Consejo Ciudadano pudimos romper con el falso dilema de las encuestas o la elección. De manera bastante simple se sobrepusieron ambos (PAN y PRD), como si por el hecho de coexistir pudiera resolverse el rechazo que claramente habían manifestado ambos partidos”.
Añadió la politóloga: “Si bien el PAN podría tener razón al pensar que una elección sin ley, sin autoridad y sin padrón era de suyo incontrolable, también el PRD tenía razón al plantear que escoger candidatos por medio de una encuesta no compromete a los ciudadanos a asumir los resultados. (…) Si algún día hubo posibilidades reales de que la alianza cristalizara, éstas se hubiesen incrementado de manera sustancial si hubiéramos logrado, el Consejo y los partidos, romper el falso dilema entre elección primaria abierta y encuestas.
En noviembre de 1999 la alianza PAN – PRD por la Presidencia de la República estaba incinerada. Diego Fernández echó de su casa a Ortíz Pinchetti en la última noche de gritos y reclamos.
“Te recuerdo que no estás en tu casa”, le dijo el “Jefe” a don Agustín al calor de las discusiones entre los notables ciudadanos y el representante panista.
Salieron aquella primer semana de octubre del 99 en ruptura los dos partidos. El Verde jaló con Acción Nacional y el resto se alió al PRD.
El PRI perdió de todas formas por primera vez la Presidencia ante Vicente Fox. Y Cárdenas sucumbió para siempre.
¿En verdad creen Ricardo Anaya y Alejandra Barrales ser mayores en estatura a Diego Fernández de Cevallos y Amalia García?
¿Creen ambos dirigentes que Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle, Miguel Ángel Mancera o el mismo Anaya van a declinar?
Ternuritas.
Ultima línea. A Graco Ramírez le urge la alianza nacional para poder negociar Morelos, nada más.