
Gestión de desastres naturales
El proceso electoral tiene inicio formal en septiembre de este año y todavía no hay legislación local en el estado adecuada a la reforma política – electoral de la federación, por el contrario, una nube de simulaciones con supuestos grupos de trabajo oculta la redacción del documento a modo de la fuerza política predominante: el PRD de Graco e hijo.
De septiembre de 2016 a la fecha los trabajos para legislar las reglas electorales que mandatarán los comicios en Morelos quedan reducidos a reuniones donde son vertidas cualquier clase de ocurrencias, disparates y letras contrarias a lo establecido en la Carta Magna.
El priísta Francisco Moreno Merino emprendió estos trabajos aun como presidente de la Mesa Directiva del congreso local. En aquel entonces propuso la redacción de una nueva constitución morelense y de nueva cuenta pasó a llenar planas de críticas en su contra.
Es premisa que el establecimiento de las reglas electorales emanadas de la reforma del estado sean elaboradas a partir de la Mesa Técnica con participación de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Asimismo deben estar incluidos el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, partidos políticos además de los magistrados del Tribunal Estatal Electoral.
A lo largo de éstos meses los bien intencionados integrantes del grupo de trabajo han intentado alcanzar acuerdos, incluir iniciativas de todos los actores para tener un proceso electoral al menos no tan desaseado como los de 2012 y 2015.
Sin embargo esto no sucederá porque a pesar de cientos de horas invertidas todo indica que el documento ya fue redactado a modo de intereses en el poder y, como suele ocurrir en el congreso de Morelos, a unas horas de vencer el plazo le pasarán la reforma a los diputados quienes simplemente alzarán la mano aprobatoria.
Es decir, la Mesa Técnica fue instalada por rasa formalidad pero de nada sirven las aportaciones de quienes no son parte de la alineación gubernamental y menos serán atendidas las inquietudes ciudadanas cuyo extracto electoral demanda reglas fuertes para evitar los marraneros de hace dos años, como ocurrió en Jiutepec.
En el peor de los bodrios éstos diputados morelenses hacen afirmaciones sin ton ni idea, contrapuestas a leyes federales y con dedcatoria como por ejemplo aumentar los años de residencia en el estado para aspirar al cargo de gobernador.
Para colmo no son respetados los ya en sí ínfimos acuerdos alcanzados por los representantes de la Mesa Técnica, aun cuando fueron discutidos.
Hay un personaje encomendado a botar cuanto sea aprobado por las instituciones del estado y redacar lo que se le paga la gana (o cuanto le dictan de arriba). Se trata del secretario técnico de la Mesa, Antolín Escobar, quien cambia el sentido de las propuestas de iniciativa ya concensadas.
Este secretario técnico ignora con todo desparpajo acuerdos y consensos realizados, toma decisiones que corresponden a las instituciones del estado así como a representantes de los partidos políticos nada mas “por sus pistolas”.
Tal descaro ya provocó falta de credibilidad en los trabajos de la reforma y está claro que instituciones como el IMPEPAC o el Tribunal son utilizadas para montar el teatro de un trabajo conjunto, cuando la realidad será otra.
Se insiste: ya todo viene planchado a gusto del patrón y al cuarto para la hora salgan con su gloriosa reforma del estado.
Desconsuelo. En la Suprema Corte los esperan – una vez más- con brazos abiertos.