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Cuauhtémoc marca la ruta
No, aquí no pretendemos violentar la moral del presidente mexicano. Lo cierto es que cuando exigimos que Obrador “pare de mentir” y “respete la Constitución” es porque el presidente juró respetar la Carta Magna y sus leyes.
Y es que cuando Obrador habla en las mañaneras y en el país, el que habla es el presidente de los mexicanos. Por eso, en tanto mandatario al que los mandantes llevaron al cargo de presidente, Obrador se debe conducir con verdad, honestidad y apego a la Constitución y sus leyes; como la educativa.
Sin embargo, los hechos demuestran todo lo contrario.
Todos los días el presidente miente; todos los días difama, insulta y calumnia, no sólo a periodistas y medios sino a empresarios, políticos y servidores públicos.
Lo grave es que el poder absoluto que ha concentrado el presidente lo aleja día con día de la realidad y lo muestra no como jefe de las instituciones democráticas sino como el tirano de una vulgar dictadura bananera; virreyzuelo que creeen el gesto autoritario de “¡hágase!”, sin importar la ley.
Más, López Obrador convirtió en caricatura su promesa de “no mentir y no robar”. ¿Por qué?Porque todos los días miente –según distintas empresas que miden sus discursos mañaneros y la veracidad de ellos–, y por lo menos 40 por ciento de sus dichos son falsos o verdades a medias.
Y no se digan los 50 puntos que Obrador anunció contra la corrupción y que son otra caricatura de un gobierno autócrata, en el que 8 de cada diez contratos se entregan sin licitación y en el que abundan los cuates las cuotas.
Y de seguir con los números que hoy muestra su récord de mentiras, el presidente mexicano pronto será campeón mundial de la mentira, arriba del presidente Trump y del ex presidente Bush –de Estados Unidos–; dos grandes mentirosos de la historia reciente.
Y si dudan del elevado nivel de mentiras deObrador, vale recordar que mintió cuando se enfrentó al periodista Jorge Ramos –sobre el número de muertes violentas en su gobierno–; mintió cuando habló de las estaciones de gasolina en donde supuestamente era más barato el combustible; mintió sobre el número de empleos creados en su gobierno y sobre la amenaza aperiodistas.
Pero ayer, luego de las mentiras mañaneras, el presidente Obrador cometió una de las mayores violaciones constitucionales y, al mismo tiempo, formuló una de las mayores mentiras; mentira quelo confirma como dictador.
Resulta que por la vía “de un memorándum” Obrador desapareció los Poderes Legislativo y Judicial y promovió una de las mayores violaciones constitucionales que haya impulsado presidente alguno.
¿La mayor violación constitucional?
En efecto, el presidente “firmó un memorándum” en el que instruye a distintas dependencias federales –SEP, Segob y SHCP–, a violentar la Constitución y sus leyes –leyes educativas–, aprobadas por el Congreso.
¿Recuerdan la toma de protesta de AMLO ante el Congreso?
Sí, prometió respetar y hacer respetar la Constitución y sus leyes. Hoy falta a ese mandato Constitucional y, por tanto, el Congreso debe exigir su destitución por “traición a la patria”, en tanto los secretarios de Estado que lleven a cabo lo propuesto por el presidente en el memorándum, deben ser llevados a juicio político.
Es decir, el presidente pasa por alto al Congreso y a la Corte –y por ello viola la Constitución–, para matar la Reforma Educativa de Peña Nieto; toda una maniobra para la cual contó con la complicidad de la mafiosa CNTE.
En realidad asistimos a un grosero montaje dictatorial en el que la CNTE fue inflexible en el Congreso, lo cual le dio a Obrador el pretexto de pasar por alto a los Poderes Legislativo y Judicial y se convirtió en virtual rey; que hace y deshace, sin contrapeso alguno.
Y, también por eso, el Congreso debe iniciar la destitución de presidente Obrador, por incitar a su gobierno a violar la Constitución; toda un “sabadazo de Semana Santa”.
Por eso las preguntas. ¿Dónde están los partidos opositores? ¿Dónde la crítica de intelectuales y opinantes; dónde los académicos y estudiosos de la democracia?
Está claro que arrancó la destrucción de la democracia mexicana y que son muchos los que por omisión, ceguera y comisión serán responsables.
Al tiempo.