
Gestión de desastres naturales
Tocó el turno a Luis Echeverría ( 1970-1976 ),un hombre formado en la burocracia del partido, primero, y en la administración pública, después, cuyo contacto con la problemática y la realidad del país y sus actores, era precario, por decir lo menos. Gobernó con entusiasmo, con gran vocación de servicio, dispuesto en convertir a México en un país de centro izquierda en el que las instituciones sociales creadas por el Estado como el Ejido, las cooperativas, los sindicatos y organizaciones gremiales, tendrían un papel protagónico, como él mismo. Para ello se rodeó de un grupo de talentosos y jóvenes políticos como Porfirio Muñoz Ledo, Carlos Armando Briebrich, Mario Moya Palencia, Francisco Javier Alejo, Pedro Ojeda, Ignacio Ovalle, Juan José Bremer y Augusto Gómez Villanueva, personaje, éste último, a cuya propuesta Echeverría expidió un decreto para la explotación colectiva de todos los ejidos y comunidades agrarias del país, lo que, desde luego, no ocurrió a resultas del mencionado decreto. El presidente Echeverría realizó numerosas expropiaciones agrarias no siempre justificadas, al tiempo que propició invasiones tanto en las áreas rurales como en las urbanas, lo que resultó en ciudades perdidas en grandes ciudades como la capital del país, carentes de los más elementales servicios.
A Echeverría, correspondió la masacre del 10 de junio de 1971 de la que hizo responsable al Regente del DDF Alfonso Martínez Domínguez, quien hubo de renunciar. Durante su administración reapareció y combatió la guerrilla urbana y rural, encabezada esta última por Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas, maestros rurales egresados de la Normal de Ayotzinapa. Este ppresidente gastó muchísimo y a él se debe la primera gran devaluación merced a un incremento sin precedente de la deuda pública y a un manejo desordenado y poco objetivo de la economía; Gastar para crecer fue la divisa de su administración No obstante, durante su gobierno, las instituciones sociales no sufrieron alteración alguna y la inversión social y en obra de infraestructura continuó con buenos resultados para la gente. El suyo fue un gobierno cercano a los regímenes socialistas de Chile y Cuba; dio asilo a la viuda de Allende y a una gran cantidad de chilenos después del golpe de estado de Pinochet. Tuvo mano dura con los movimientos de extrema izquierda, al tiempo que cooptó a un gran número de ex líderes del movimiento de 1968, incorporándoles a la administración pública. Fundó el INFONAVIT e incrementó de manera importante el presupuesto de la UNAM.
López Portillo (19776-1982), hombre culto, talentoso y académico prestigiado que tenía todo para ser un gran presidente, dilapidó su capital político ocupado como estaba en administrar la abundancia. Fue durante su administración que la guerrilla urbana y la surgida en el Sureste, fueron prácticamente exterminadas. Gracias a los altos precios del petróleo, el PIB alcanzó tasas sin precedente de hasta el 8% y el desempleo disminuyó considerablemente. Promovió la Alianza para la Producción, promulgó una ley de amnistía, restableció las relaciones diplomáticas con España y permitió la visita del Papa a México.
En virtud de la Reforma Política del presidente López Portillo, el número de diputados aumentó a 400 de los cuales 100 de los partidos de oposición; composición camaral que hoy es motivo de discusión y debate, en particular lo relativo a los diputados y senadores plurinominales.
Durante su gestión, las afectaciones y el reparto agrario prácticamente se dieron por agotados al tiempo que se generaron mecanismos de apoyo a la producción agropecuaria. En un arranque visceral de nacionalismo y desquite, sorpresivamente llevó a cabo la expropiación de la Banca privada, lo que repercutió negativamente en la ya de sí precaria situación derivada de la fuga masiva de capitales. Llevado por el consejo de sus íntimos como lo fueron su hijo José Ramón, sus hijas y hermanas, cometió el grave error de entregarle el poder a un personaje menor, apocado y servil, sin mayores méritos ni experiencia política: Miguel De La Madrid.
Del señor De La Madrid (982-1988) no hay mucho que decir y menos ponderar. Lo primero que hizo fue revertir la expropiación de la Banca para beneplácito de la clase empresarial y de nuestros vecinos del Norte. Con De la Madrid hace su aparición la Tecnocracia Neoliberal representada por personajes como Pedro Aspe, Silva Herzog, Gustavo Petriccioli y el mismo Carlos Salinas de Gortari, lo que propició la creación de la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Su administración, se caracterizó por el mayor desbarajuste en la Economía; la inflación llegó a niveles nunca imaginados al igual que la devaluación de la moneda.
La suya fue una gestión endeble, durante la cual, el narcotráfico y el crimen organizado se infiltraron de una vez y para siempre en el gobierno en todos sus niveles. La ejecución del reportero Manuel Buendía, antecesora de la ola de asesinatos de periodistas que han venido ocurriendo en el país, tuvo lugar entonces. Lo mismo ocurrió con la corrupción y la impunidad de funcionarios que se incrementó enormemente. Cuando el terrible sismo de 1985, su presencia fue tardía e insensible al dolor y la tragedia nacional, llegando, incluso, a rechazar la ayuda del exterior. Y sin embargo, el Sistema y el PRI siguieron soportando al gobierno, lo que le permitió designar a Carlos Salinas de Gortari (1988-1994 ) como su sucesor.
Es importante consignar que uno es el PRI hasta Echeverría y López Portillo y otro a partir de De La Madrid con quien comienza su debacle, a grado tal que si bien, contra todos los pronósticos la elección de Salinas salió avante, fue merced a las habilidades de sus operadores, a “la caída del sistema” y a la falta de decisión de sus oponentes. ( continuará)