Morelos y la Alternancia Política
Jorge Meade
Morelos, a partir del año 2000 es una de las entidades federativas que ha transitado por la alternancia política en sus gobiernos federal, estatal y municipal. Como en el resto del país el PRI mantuvo su hegemonía por más de 70 años, desde 1929 hasta el año 2000 al frente de la presidencia de México y la gubernatura de Morelos. En 1988 con la división del PRI y la fundación del PRD se inicia una importante migración de actores y liderazgos políticos locales hacia ese partido y la pérdida de las diputaciones federales. Durante el periodo del año 2000 al 2012 la derrota del PRI y el triunfo del PAN en la presidencia de México, la gubernatura, los senadores de la república, el mayor número de las diputaciones federales y locales así como la mayoría de las presidencias municipales, incluida la capital, consolidan en la vida política local a los 3 grandes partidos nacionales PRI, PAN, PRD teniendo la oportunidad en el transcurso de ese periodo de ganar la gubernatura del estado. Durante los procesos electorales del año 2003, 2006, 2009 y 2012 irrumpen diversas fuerzas, partidos políticos en la vida municipal, dando como resultado que casi todos los partidos políticos cuenten con la responsabilidad de gobernar uno de los 33 municipios de la entidad. Con este escenario el quehacer político en Morelos, se desdibujó, rompiendo paradigmas entre los viejos y nuevos esquemas de la vida política, las formas tradicionales del funcionamiento de los partidos generaron un reacomodo, en algunos casos, se consolidaron y en otros más, entraron en momentos de crisis y algunos de ellos en franca descomposición de coyuntura en los procesos de la selección de sus dirigencias de partido o en la definición de sus candidaturas. La percepción de los ciudadanos de que se estaban rompiendo estructuras de valores por la conducción y decisiones de los partidos políticos al tratar de ganar el gobierno y de conducirse solo en metas electorales a partir de la competencia, radicalizó el debate político y se alimentó mas la descalificación y la radicalización de las ofensas que las propuestas hacia los ciudadanos, así mismo fueron en aumento negociaciones interpartidistas oficiales y fuera del conocimiento público orientadas más hacia los triunfos electorales y paulatinamente las burocracias partidistas de quienes dirigían los partidos nacionales y los locales, generaron pugnas en las militancias históricas y tradicionales de los partidos, incluso desintegrando dirigencias y ante el éxodo de actores políticos que deseaban ser candidatos pasaron en este periodo para ganar candidaturas en tres o cuatro partidos erosionando la identidad partidista incluso poniendo en crisis la conducción de los partidos, permitiendo de la misma forma el surgimiento de actores políticos producto de la inmediatez con decisiones sesgadas o pragmáticas en cada proceso electoral, con distintos resultados en los municipios de población urbana y rural a partir de las condiciones sociales que delimitaban cada territorio. El desplazamiento del ámbito político, de liderazgos y militantes de los partidos para sustituirlos con nuevos actores para ganar en la inmediatez solamente las elecciones sin considerar resultados o buenos gobiernos, generó experiencias dolorosas y alteró la vida cotidiana de los procesos de seleccionar candidatos de lo que era normal o natural, creciendo incluso con el tiempo la obsesión de diferentes partidos y sus liderazgos solo de ganar tomando para ello decisiones pragmáticas o triviales designando candidatos que solo fueran rentables electoralmente. El desgaste de las formas tradicionales en la vida de los partidos políticos alteró su convivencia social interna ante la incertidumbre y desconfianza de las militancias leales, además con malas prácticas la construcción de las candidaturas se fue encareciendo al introducir todo tipo de recursos para controlar la designación de candidatos. Una de las consecuencias más visibles de la alternancia a partir del ejercicio de la administración pública, es la improvisación de servidores públicos alejados de perfiles de experiencia administrativa y del conocimiento de la problemática pública y social, que generó por su desempeño y actuación pocos y muy lentos resultados, así como un sin número de escándalos derivados de la ineficiencia, o falta de experiencia en la toma de decisiones desde el gobierno. En los próximos meses en Morelos, se deberá tener claridad de como se solucionan o definen las candidaturas ya sea a partir de cuadros con experiencia, conocimiento de la vida pública, que cuenten con buena imagen o bien, con actores que por su fama sumen rentabilidad electoral producto de la coyuntura sin importar doctrinas ideológicas y visiones de gobierno para ganar el poder y conservar su registro o lograr espacios en el congreso local o ayuntamientos por la vía plurinominal. Sin duda, todas estas conductas deberán estar vigiladas por los ciudadanos.