@Jorge_Meade
Desde la antigüedad el poder está ligado a los hombres que lo concentran y con sus acciones modifican la forma de vida de quienes representan; mejorando su condición o en sentido contrario, la conducción de los hombres públicos en el ámbito privado o social, genera una percepción ciudadana positiva o negativa y con sus acciones de gobierno, si es el caso, va mostrando su capacidad de resolver los conflictos inherentes a la cosa pública, sociales, financieros, políticos, etc. Además de demostrar su compromiso, tolerancia y sensibilidad en responder a las demandas ciudadanas.
Asi, los hombres del poder, en un sentido amplio, tienen el deber de fortalecer las instituciones que representan, en la actualidad, la revolución Informatica que viven las actuales generaciones, en donde las cosas realizadas o desiciones que se tomen de manera correcta o en sentido contrario, son conocidas de inmediato, incluso en tiempo real, lo que es garantía en muchos de los casos de transparencia, al contar con una ciudadanía vigilante.
En los últimos años ante el desgaste del quehacer político y de políticos, ha despertado, por vanidad, por ambición, por interés, por oportunismo, a muchos, el deseo de participación, bajo la premisa de mejorar las cosas en cómo se encuentran o que se han hecho, así, bajo este escenario de enojo social a partidos y políticos o a un sistema de gobierno que tiene fortalezas y debilidades, ha surgido el “aventurerismo” político de quienes sin contar con conocimiento, una carrera publica, compromiso con su comunidad, o como requisito indispensable vocación de servicio, pretenden que por su solo arribo a la toma de desiciones o ganar el poder, las cosas van a resolverse, es decir, quienes se han profesionalizado en la política, en la administración pública, quienes cuentan con una alta formación de experiencia y curricular y con buenos resultados en el ejercicio de sus funciones, contienden con actores carentes de ideología, cuyos rostros o fama pública, se presentan como un atractivo para los ciudadanos, que buscan un “cambio”.
Es decir, la carrera administrativa, la formación académica, los conocimientos acumulados dentro de la administración, se someten en ocasiones a una discusión superficial, insistiendo, guiados por el enojo, la molestia y la inconformidad de quienes sienten que sus demandas no son resueltas.
Los últimos acontecimientos en nuestro país, derivados del sismo, son un antes y un después para muchas regiones de México como Chiapas, Oaxaca, Morelos, Ciudad de México, en donde se ha hablado de la emergencia, de la reactivación económica, de la recuperación, lo cual requiere contar, además de una planeación estratégica bien elaborada, fortaleza, conocimiento y experiencia en la toma de desiciones de este proceso.
Sin duda, existen elementos que justifican la percepción de miles de ciudadanos por la forma en que se han conducido un número importante de actores políticos y del sector público, alejados de toda práctica responsable en cómo se condujeron, pero también es necesario destacar, que miles de mexicanos que se desempeñan en la administración pública, federal, estatal y municipal, lo hacen con un enorme compromiso, vocación y conocimiento, que sin duda, son los más.
En México y en distintas universidades del país existen miles de jóvenes preparándose en las áreas sociales de la ciencia política y de la administración pública, que poco a poco se van incorporando a distintas instituciones y están comprometidos por su actuación y resultados a seguir profesionalizando el servicio público y la política, los críticos permanentes de los políticos y la política, han encontrado a través de argumentos repetitivos, una forma sistemática de demeritar el quehacer público y la política con su visión particular, sin duda muchos de ellos son persuasivos, incluso los que intentan arribar en el marco del mencionado “aventurerismo” político a altos cargos de la administración o de la política, sin ninguna formación, con un enorme desconocimiento, sin ninguna experiencia y solo expresando buenos deseos, basan más su acenso en desprestigiar lo que no se ha hecho correctamente, para lograr simpatías, y lo dramático se presenta, que cuando asumen una responsabilidad, los resultados, si se midiera con la misma fuerza con que criticaron, sería muy lamentable su evaluación.
Quienes han hecho una carrera en la administración, en un partido político o organización social desde su juventud, lo hacen por servir, por que tienen la pasión, el compromiso por entrar en la actividad política y de muy jóvenes deciden seguir una carrera, la gran mayoría en la actualidad se prepara, se informa, conoce para tener una mayor garantía de hacer bien las cosas, la política para ellos es un oficio, una carrera, una vocación, que les exige prepararse, en los próximos meses muchos de ellos enfrentarán a actores con un gran componente de individualismo, alejados en su formación de lo que es la cosa pública, sin duda exitosos en lo que se han venido desempeñando.
La improvisación ha costado mucho a México, toca a la sociedad exigir propuestas que sean viables, compromiso, probidad, principios y resultados comprobados de lo que se puede y se ha hecho, finalmente las ciudadanas y los ciudadanos tienen la última palabra.