Opinión/Francisco Guerrero

Javier Bolaños Aguilar, hoy diputado por el Partido Acción Nacional, es uno más de los muchos que han llegado a probar fortuna a Morelos. Nos llegó hará como unos 20 años de su natal Veracruz. Tiene una especial habilidad para el malabarismo político, ya que ha llevado con maestría el ritmo de pasar de un gobernador a otro, de un puesto a otro, de caer parado en las varias dirigencias de su partido, de cambiarse la chaqueta sin el menor recato y sin haber estado casi nunca fuera de la nómina gubernamental.
Su carrera política tiene origen e impulso cuando entra a gobernar Morelos Sergio Estrada Cajigal y su secretario general de gobierno Eduardo Becerra. Desde entonces ha tratado sin mucho éxito el ser asimilado, primero por la gente de su propio partido, el PAN, y luego por la generalidad de los morelenses. No se puede decir que sea un desconocido a nivel estatal, pero tampoco se puede afirmar que sea muy conocido, salvo por la militancia de su partido y algunos segmentos de la población.
A pesar de haber ocupado importantes puestos públicos, su paso por ellos ha sido más bien opaco, sin grandes hazañas o logros, siempre adosado al poder en turno. Probablemente esa haya sido la razón de su relativo éxito. Otro podría ser que siempre se ha colocado en el ala mas extremista del PAN, donde el dogmatismo de extrema derecha reina y finalmente, que menospreciando a la militancia local, trata de subir escalones en la capital. con la cúpula nacional de su partido.
Javier Bolaños ya ha externado su deseo de llegar a la candidatura del PAN al gobierno de la entidad. En otras circunstancias no le sería difícil lograrlo, en las presentes, su anhelada candidatura se ve llena de obstáculos, algunos de ellos de gran calado.
Veamos. Hoy el PAN, el PRD y el Movimiento Ciudadano han formado un frente, para competir en las próximas elecciones e idealmente destronar al PRI de su reinado presidencial. En ese frente, el PAN lleva el mayor peso, después en una medida mucho más pequeña el PRD y aun más pequeña el Movimiento Ciudadano.
Aquí cabe mencionar que uno de los grandes impulsores de este frente PAN-PRD-MC es ni más ni menos que Graco Ramírez, el actual gobernador. Y esto tiene mucho peso.
En esta circunstancia esta esté suponiendo: Morelos es perredista, el frente tiene que respetar eso. Y yo pienso que lo hará, porque aunque el PAN tiene un buen porcentaje de la posible votación, sin el PRD no destrona al PRI y el PRD lo sabe y Graco Ramírez también.
Esto achica, de entrada, las posibilidades de que Javier Bolaños vaya de candidato del PAN a la gubernatura del Estado de Morelos por el frente tripartita. Lo sabe el PAN-Morelos y lo sabe Javier Bolaños. Si hay candidato del frente PAN-PRD-MC no será el.
Pero vamos suponiendo que fuera de candidato del PAN solamente y que el PRD, el PRI y Morena, presentaran sus propios candidatos. Bueno, con el PRD habría una elección de estado, con todo el peso del gobierno estatal para su candidato, lo mismo haría el PRI (salvo que continúe como hasta ahora subordinado al PRD) con todo el peso del gobierno federal y finalmente Morena en una entidad Lopezobradorista. Dicho esto yo no le veo futuro a Javier Bolaños para que llegue, como es su sueño, a gobernar a Morelos.
Finalmente, finalmente. Vamos a conceder que Javier Bolaños, sobrepasando todos los obstáculos, llega a una candidatura a la gubernatura de Morelos. Y aquí surge su pasado, un pasado que sus enemigos políticos sacarían a la luz con bombo y platillos. Bastaría con rascar su paso por CEAMA, bastaría con escarbar la represión donde él y Eduardo Becerra reprimieron y encarcelaron a los defensores del Casino de la Selva, hay mucho de donde cortar que en su debido tiempo podría salir y saldrá.