Opinión/Daniel Adame Osorio

¿Cuál es la relación entre gobernanza electoral y democracia?

La gobernanza electoral incidirá en los niveles de legitimidad, entendida ésta como el derecho de gobernar, justifica el poder político y la obediencia. Inciden positivamente en la democracia y su consolidación en la medida que el diseño institucional está destinado a salvaguardar la imparcialidad, la equidad en la contienda, así como la independencia de las autoridades encargadas, que a su vez repercuten en la calidad de las elecciones, gestionando el conflicto por la vía judicial o administrativa, así como la percepción tanto de los actores de las elecciones y la sociedad tienen sobre el proceso electoral, toda vez que la función de la gobernanza electoral es asegurar la realización de elecciones democráticas con credibilidad.

Pongo a consideración de ustedes el caso México, con el siguiente planteamiento:

En México, existe un órgano administrativo (Instituto Nacional Electoral) y uno de justicia electoral (Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación). A partir de la pretendida independencia y autonomía de ambos, los conflictos electorales se resuelven en el papel, porque en términos reales quienes resultan electos, en el caso por ejemplo de los últimos comicios presidenciales, han carecido de legitimidad, sin justificar el poder político ni la obediencia ciudadana.

Y cito los casos de las dos últimas elecciones presidenciales en México: en 2006 Felipe Calderón Hinojosa  ganó con graves cuestionamientos sobre la transparencia del proceso electoral, con medio punto los comicios.

En 2012, Enrique Peña Nieto ganó la presidencia en medio de acusaciones de sus adversarios en torno a un excesivo gasto en la campaña, lo cual no afectó el resultado de la elección, incluso el caso fue resuelto por la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sin implicaciones para el candidato ganador ni para los particulares involucrados.

Ahora bien:

¿Puede hablarse de gobernanza electoral cuando si bien ambos casos fueron canalizados y resueltos por la vía institucional, significaron en realidad un retroceso en la confianza en las instituciones electorales?

¿Esta gobernanza electoral impacta positivamente en la legitimidad y en la democracia? Debatámoslo de cara a nuestra coyuntura electoral 2018.

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