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¿Cuál es el procedimiento para que una persona reconozca a su hijo?
De acuerdo con el estudio de Iván Mauricio Obando Camino de la obra de Harry Eckstein, concluye que, a pesar de ser formulada como una teoría la estabilidad democrática, basada en los patrones existentes a nivel gubernamental y social, con disparidades equilibradas, en realidad se erige como una teoría sobre el desempeño y congruencia de un sistema político y especialmente de su gobierno. Por tanto, la estabilidad gubernamental y democrática es consecuencia del desempeño y viabilidad gubernamentales.
No obstante, conviene advertir dos cosas: primero, que el desempeño y la viabilidad no significan necesariamente que se trate de un buen sistema político.
Y, segundo, que esta teoría enfrenta el reto de su validación definitiva.
En cuanto a su relación con las elecciones, para Eckstein, una democracia estable debía provenir de un gobierno genuinamente democrático. Por tanto, la competencia por el poder político, así como eventualmente el proceso de elaboración y adopción de las políticas públicas debían decidirse, básicamente, mediante el voto y las elecciones.
Ahora bien, ¿Cuál es el rol y las estrategias de la oposición en regímenes autoritarios para impulsar la democratización?
En los países en vías de consolidación democrática, hay que partir del hecho de que tienen un incipiente estado de derecho e instituciones débiles, particularmente en el orden electoral e incluso muchas veces éstas se encuentran en manos del Estado. La cultura política derivada de contextos autoritarios, antidemocráticos y discrecionales constituye el gran reto. Por tanto, el rol y las estrategias de las oposiciones en ese tipo de regímenes tendrá que estar orientada a construir no sólo la confianza en los procesos electorales, sino en las instituciones responsables de organización y arbitraje, trabajar el mejoramiento del diseño institucional para asegurar elecciones competitivas, libres, con órganos administrativos y judiciales imparciales e independientes. Sin embargo, en las democracias en consolidación, es difícil esperar que los actores políticos y sociales implicados en la contienda electoral tengan una actitud cooperativa, generando escenarios de suma cero, en los que el que gana, lo gana todo, y el que pierde lo pierde todo. Ese incipiente estado de derecho e instituciones débiles vienen a cuento al evocar no la prospectiva mexicana sino su extremo indeseado, dado que la retrospectiva rememora 1994, año que cierra la agenda electoral de la consolidación democrática con árbitros cobijados por el prestigio y la credibilidad y sin embargo, el mismo año evoca por igual, la consolidación del estilo personal de gobernar del ex presidente Salinas, en relación a su pacto con la oposición funcional (del PAN) a través de la concertacesión, un aforismo que implicó el intercambio de algunas (elecciones) fundamentales y con un criterio selectivo, entre su gobierno para favorecer a una parte de sus adversarios, ¿tal como ahora aparece en el horizonte?