
Gestión de desastres naturales
Elección 2018
Partido de la Revolución Democrática (PRD) Morelos
A 202 días de realizarse la jornada electoral vía la cual será elegido el titular del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado de Morelos, para el período 2018-2024, el partido que se presenta a la contienda democrática como la opción partidista con menos posibilidades de triunfo es el PRD. La mal calificada, por los ciudadanos, gestión del actual mandatario y los distintos abusos cometidos al amparo del poder pasarán una factura muy alta a los amarillos en sus aspiraciones.
Cuando menos cuatro perredistas han manifestado, en público o en privado, su interés de encabezar la candidatura solaztequista a la gubernatura de Morelos, ellos son: el otrora presidente del Comité Ejecutivo Estatal, los presidentes municipales de Cuautla y de Jiutepec, así como el secretario de Gobierno. De acuerdo a la encuesta hecha en octubre de este año, por una instancia gubernamental con sede en la Ciudad de México, ninguno de los integrantes del referido póker aventajaba para ocupar la nominación.
En este punto vale la pena hacer una mención. Quien ocupaba las preferencias entre los militantes y simpatizantes del PRD para ser la candidata decidió, a mediados del mes de noviembre, renunciar a las filas de su partido, argumentado que el instituto político perdió el rumbo y traicionó las causas sociales de los morelenses, me refiero a quien ocupa la diputación por el distrito electoral federal número tres en la entidad.
A diferencia de otras organizaciones políticas, en las que es muy evidente la lucha interna entre grupos, en el PRD Morelos las tribus se han ido amalgamando. Hasta hace algunas semanas las pugnas internas eran el pan de cada día, pero conforme ha transcurrido el tiempo del proceso electoral los perredistas comprendieron que las referidas disputas no son convenientes en un contexto tan cuesta arriba de cara a la elección del próximo uno de julio.
Con relación al trabajo partidista es oportuno destacar la apuesta hecha por quien hasta hace unas horas comandaba el Comité Ejecutivo Estatal. Con base a una abundante disposición de recursos económicos promovió la apertura, y en algunos casos la reapertura, de las oficinas perredistas en los municipios, con la finalidad de afinar la estructura en dichas jurisdicciones y que esta se encuentre lista para el llamado a la “batalla” y sume los más votos posibles.
A pesar de que muchos militantes y simpatizantes de las distintas expresiones perredistas velan armas y esperan que el 2018 sea un año, cuando menos parecido a 2015 en cuanto al resultado electoral, saben que esas expectativas están lejos de lograrse. La principal dolencia del PRD Morelos proviene de quien supuestamente es el líder moral de dicho instituto político, pero que con solo decir su nombre provoca repulsión y enojo en la mayoría de los sectores de la población morelense.
La elección gubernamental de 2018 será las más complicada en la era reciente para el perredismo en el estado de Morelos. El desgate que padece el titular del Poder Ejecutivo rebasó, hace algún tiempo, los parámetros normales de lo que se origina en el ejercicio de gobierno; el tabasqueño que ocupa la primera magistratura en el gobierno morelense llegó con un alta expectativa de cambiar la realidad de la entidad, pero antes de 2015 la población supo que no le alcanzaría para concretar lo prometido.
El ejemplo más evidente de lo que se vaticina para el PRD Morelos, en el contexto electoral, es lo que ocurrió en la última elección para la presidencia municipal de Cuernavaca. Habría que recordar que en aquel momento el mandatario local impuso a uno de los suyos como candidato, invirtieron una suma de recursos económicos cercana a lo que se gasta en una campaña estatal, dispusieron de bienes gubernamentales y aun así se ubicaron en un penoso cuarto lugar.
Ante una situación tan adversa, la invitación que hace el perredismo morelense para que los ciudadanos interesados en participar en política se acerquen y sean postulados por el solazteca no es una mala idea, en realidad están forjándose un área de oportunidad, la debilidad de esta acción radica en que aquellos que sean nominados tendrán que defender el trabajo realizado en casi seis años por una administración que queda a deber y deja muy endeudado al estado.
A diferencia del PAN Morelos, al PRD estatal le interesa sobremanera concretar una coalición bajo las siglas del Frente Ciudadano por México (FCM), con la esperanza de sumar los votos del blanquiazul a su causa y con ello aspirar a mantener o a conseguir posiciones en municipios y en el Congreso del Estado, lo que a la postre le daría la oportunidad de ser una oposición numerosa para el Partido que ocupe la gubernatura.
El PRD Morelos tendrá que comprender que el resultado de 2018, a nivel estatal, será una evaluación que realizarán los ciudadanos al desempeño gubernamental del titular del Ejecutivo. A pesar de lo dicho en los anteriores análisis, respecto a que nada está escrito y menos en política, en esta ocasión se tiene que apuntar que el pronóstico no es nada favorable para el partido que obtuvo el triunfo en la contienda de 2012 y que desperdició su gran oportunidad de alcanzar una nueva visión para Morelos.
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