
Impulsa Edgar Maldonado una Fiscalía empática y más cercana a la gente
CUERNAVACA, Mor., 7 de enero 2019.- Morelos se encuentra entrampado y rehén de los políticos; las decisiones importantes están detenidas a causa de intereses personales y de grupo. La comunicación entre los tres poderes del estado es nula, no hay diálogo básico, con un Poder Judicial marginado y en el ojo del huracán por presuntas malas actuaciones de sus miembros y jueces y los diputados en franco desafío al gobernador Cuauhtémoc Blanco.
El ejemplo más palpable de esta crisis política es el hecho de que al 7 de enero del 2019 el estado de Morelos no tiene presupuesto legal. El Congreso está partido en dos en una abierta rebelión de 15 diputados en contra de su presidente a quien amagan con destituir, bajo el argumento de que no los toma en cuenta y que ha hecho uso discrecional de casi 60 millones de pesos.
Pero además los diputados no se muerden la lengua para decir a los cuatro vientos que no pasará el presupuesto del gobierno, porque no fueron tomados en cuenta para desglosarlo y aseguran, “no somos empleados de José Manuel Sanz ni de Cuauhtémoc Blanco“.
El clima político está francamente deteriorado, no hay diálogo y la coalición, Juntos Haremos Historia en Morelos nació muerta. Además son ahora ya en el poder, esos tres partidos los que en virulenta pelea política tienen a Morelos de rehén, en búsqueda de cada vez mas posiciones de poder.
Aunado a eso el gobernador Cuauhtémoc Blanco advierte su rechazo al ayuntamiento de Cuernavaca al asegurar que atrás del alcalde Antonio Villalobos está Graco Ramírez y Rodrigo Gayosso.
En el caso del presupuesto, el gobernador dice o acusa del bloqueo a Rabindranath Salazar, Yeidckol Polevnsky y Zoé Robledo, este último subsecretario de gobernación y a todos les lanza una advertencia: “No me saquen al dragón”.
Así las cosas, Morelos es rehén de sus políticos. Del Poder Judicial, sólo decir que está en el ojo del huracán por la presunta rápida liberación de delincuentes.