
Desaparición de personas en México. ¿Qué hacer?
Fortalecer la democracia en México, adecuar y modernizar las instituciones, facilitar el diálogo y los acuerdos con la participación ciudadana para brindar mayor certidumbre a las acciones de gobierno, ha sido un reto permanente en nuestro país. México, vive una época de grandes retos y de importantes cambios con un escenario político que se transformó hace apenas unos meses, en julio del 2018 para ser precisos. La revolución digital, las redes sociales, han impactado de manera sobresaliente la información, el conocimiento y la crítica de manera significativa, incluso, la población hoy conoce en tiempo real lo que sucede en cualquier región del país y del mundo. El Presidente de la República López Obrador, al frente de MORENA, logró una votación y legitimación electoral que no se veía en muchos años en nuestro país, que tuvo como consecuencia, que muchos actores políticos que lo acompañaron en el proceso electoral en distintos cargos, se sorprendieran ellos mismos de haber ganado. Así, MORENA logró mayoría en las cámaras, y triunfos importantes en la mayor parte de las regiones del país, aún siguen muchos de los que ganaron siguen manifestando que no tenían claro si triunfarían, pero hoy, la gran parte son autoridades municipales, estatales o forman parte del poder legislativo, y acompañan el proyecto de López Obrador. Dirigir el país, es un reto, es un cargo que honra, pero en las últimas fechas, pero lo lamentable, es darnos cuenta que un número importante de seguidores, que acompañan a López Obrador, no tiene en claro, -o al menos no parece que él ya es Presidente de México-, que no dirige un partido político, sino conduce a la nación,al parecer muchos de estos seguidores quieren seguir jugando y aparecer en todo sin modificar sus estrategias, por el contrario, tal parece que quieren aniquilar a sus adversarios. Lo que han provocado ya reacciones que son pequeños signos de alerta a la ciudadanía. La crisis de confianza que viven los mexicanos, formó una sociedad de incrédulos en diferentes sectores, y la crisis de moralidad que se vive, debe ir construyendo con todos una nueva percepción, sin excesos ni abusos de nadie, hecho que a veces vemos, lo que se refleja en redes sociales. Lo sucedido en Tlaxcala al gobernador Marco Antonio Mena no tiene ninguna justificación, y más de un actor político como él, que se ha distinguido por guardar las formas institucionales, que enfrentó lo que parece ser ya la organización de agresiones y descalificaciones orquestadas por los seguidores del Presidente de la República, cuando este visita los estados en su giras, se ha vuelto un hecho que las autoridades políticas involucradas en el gobierno, deben revisar.
Provocar estos eventos de descalificación sin prever que pueden desbordarse y ser violentos, y ante la advertencia que se han vuelto sistemáticos, pueden generar que los seguidores de los gobernadores, (porque los tienen, por eso son gobernadores), en este tipo de visitas que deben ser institucionales, de fortalecimiento al federalismo, y de coordinación, se conviertan en campañas campales de enfrentamientos entre seguidores de unos y de otros, con resultados impredecibles. Me parece que jugar al riesgo, y no prever, y no llamar a los seguidores del Presidente a que los eventos que él acude sean de unidad, de armonía, reitero, van a poner en riesgo estos eventos, porque ellos mismos exponen al propio Presidente, y si lo apoyan, deben actuar en forma responsable con una actitud institucional, no que renuncien a sus posturas políticas, y menos a sus convicciones, pero también que no se envalentonen usando al Presidente de la República para agredir a los Gobernadores. Ya en Guerrero, Héctor Astudillo fue muy claro al externar al Presidente de México, después de que fue increpado en forma premeditada y alevosa, su término “Soy un guerrerense muy digno, Señor Presidente”, dejando muy claro que también son gobernantes que fueron electos y que no se vale su dignidad personal y de la institución que ellos representan, lastimarla de manera innecesaria. Por ello, es de reconocer al Presidente de la CONAGO, El Gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, fija una postura ante estos eventos en defensa de sus correligionarios. Ya el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro, ha sido muy claro que quieren coordinación, pero no sumisión, y el gobernador de Michoacán Silvano Aureoles, ha exhibido con claridad cómo se alentan a los contrarios en sus estados para generar inestabilidad entre la población. Con esto, estoy seguro que a la larga, no se ayuda al Presidente de la República. Radicalizar estas posturas, solo confrontan a los mexicanos, el Presidente de México no debe de tener colores ni partidos, debe escuchar a todos. Triste sería que sus seguidores no lo tengan claro.