
Cuauhtémoc
La referencia del PRI en la historia política de México sigue viva y activa.
La derrota electoral en este 2018 solo nos indica que debemos poner mayor atención en los vertiginosos cambios, estar cerca, junto y con las demandas de los ciudadanos en un contexto distinto de la vida nacional e internacional.
El PRI, sus dirigencias, sus cuadros, sus militantes y simpatizantes, seguimos siendo institucionales, dirigimos nuestra tarea política hacia el cumplimiento de todos los mandatos constitucionales, apegados a nuestras bases ideológicas, aplicándolas sin contrapartes que dañen o lesionen a México y su pueblo. Hemos hecho acuerdos políticos que construyen y trascienden.
Las etapas de gran convulsión que el PRI ha vivido con México, fueron los cimientos para que hoy contemos con una vida democrática construida con miras al futuro. Hoy lo que se veía lejano hace 85 años, es una realidad.
Estamos viviendo una alternancia altamente civilizada, de entendimiento, con dudas y respuestas, pero sobre todo con un enorme sentido conciliatorio. El bienestar de México por encima de todo.
La dinámica política, económica y social en México y el mundo nos exigen actuaciones y reacciones concatenadas con el pasado útil, el presente realista y un futuro sorprendente. Unir tiempos con una relación lógica, que genere una cadena de causa y efecto que nos llene de beneficios. Tiempos de retos.
Estos tiempos les están correspondiendo trabajar, sin duda, a las nuevas generaciones, pero también a las juventudes priístas, quienes han mostrado enormes capacidades para encabezar los retos presentes y por venir. Sin destreza, dinamismo, arrojo, cultura, preparación, honestidad y sensibilidad social, cualquier personaje ya activo o por formarse, fracasará.
Tuve la oportunidad en días pasados de reencontrarme con mi buen amigo, de ya un tiempo, Alejandro Moreno Cárdenas, gobernador de Campeche. Sostuvimos una plática por demás amena, recordando el pasado reciente con anécdotas y acontecimientos de actualidad, que nos llevaron a analizar y reflexionar con profundidad.
No haré reseña de lo platicado, pero si haré sobresalir la personalidad madura, reflexiva, llena de propuestas de Alejandro, a sus 43 años de vida y 23 años activos en el PRI. Todo un personaje.
Encontré en él un crecimiento muy visible en su filosofía personal y política. Sobresalen sus principios, su ética política, su lealtad partidaria, su amor a la familia, la pasión a su tierra Campeche, su arraigo, así como su visión de México como un país con grandeza, generoso, pujante y luchón.
Estoy dibujando un mexicano joven, priísta, político, profesionista, trabajador y sobre todo destacado en todos los encargos que ha asumido, por sus altos niveles de responsabilidad, honestidad y sensibilidad social.
Desde estas líneas te saludo Alejandro.
Cierto, el PRI tiene ya nuevos retos por vencer y lograr. Uno de ellos, sin duda, es que estas nuevas juventudes preparadas, asuman el timón generacional que les corresponde.
El PRI debe ser a partir de hoy más que un emblema de la política nacional e internacional. Seguir siendo competitivos será la tarea.