
Gestión de desastres naturales
Sin duda, la movilidad política histórica del presidente López Obrador, y su conocimiento del territorio nacional, (y más aún en comunidades donde él durante muchos años ha sostenido acercamientos y simpatías), que le permiten generar condiciones de reencuentro ya como Presidente de la República, con quienes fueron durante años sus simpatizantes.
Hoy la política en nuestro país se ha vuelto compleja, y en muchos escenarios, complicada. El dialogar, escuchar y considerar distintas posiciones en torno a asuntos que involucran a todas y todos, se ha convertido en una prioridad del gobierno.
Siendo el estado de Guerrero uno de los estados con regiones con un importante rezago, como otras de México, el Presidente de la República, tendría que convocar a realizar una política constructiva, reconociendo las marcadas desigualdades económicas y sociales, de una población que ha sido presa para generarse ingresos de manera rápida, realizar actividades no siempre claras.
He tenido la oportunidad de conocer al gobernador Héctor Astudillo desde hace muchos años, cuando era colaborador de José Francisco Ruiz Massieu, un guerrerense destacado, al gobernador Astudillo, toda una generación, le reconoce su trayectoria en la lucha por la gubernatura de su estado. Astudillo siempre ha sido un digno adversario, y pensando siempre en Guerrero. Hombre sólido, de principios y convicciones, que ha competido, ganado y perdido, se ha reconstruido, y, con un trabajo constante y disciplinado, ha logrado transitar como Presidente Municipal, Legislador Federal y Local, reitero, siempre trabajando por Guerrero.
Estoy convencido, de que la visita del Presidente de México a cualquier estado que acude, en el marco del Pacto Federal, debe ser la oportunidad de fortalecer una coordinación, de atender una agenda local, social y política; buscar equilibrios, y el apoyo a las estructuras gubernamentales, municipales y estatales.
La expresión clara, frontal y respetuosa del gobernador Astudillo ante el Presidente de México, en su visita a Guerrero, mostrando su desacuerdo en un evento que a todas vista fue orquestado y manipulado, fue contundente, y su expresión “Soy un guerrerense digno”, describe a cabalidad quien es, un Héctor Astudillo con sus defectos y debilidades. El gobernador de Guerrero, ha sido un hombre respetuoso de las instituciones, y de los resultados electorales cuando ha ganado y cuando ha perdido; ha sido congruente con el Presidente López Obrador, dándole el trato respetuoso que él merece. De ahí, la necesaria revisión de quienes son seguidores y operadores del Presidente de México, para que tratando de apoyarlo, eviten generarle dificultades, y lo más grave: de continuar estas conductas, se visualiza un escenario de enfrentamiento con gobernadores.
En ese sentido, como Presidente de la CONAGO y vocero de los gobernadores, fue clara y oportuna la postura del gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, al señalar estos hechos y su desacuerdo. Así como en el debate que se dio para la construcción de la Guardia Nacional, en la lucha contra el crimen, los gobernadores demandaron un Mando Civil, respeto a el federalismo, a los Derechos Humanos, y una capacitación policial y no militar de los integrantes.
Como en esa circunstancia, los gobernadores en los estados, deben generarse una mayor solidaridad al margen de su origen partidista para que los operadores, seguidores del Presidente de México, cuando acuda a los estados, lo ayuden a generar armonía y gobernabilidad, no ofensas, ni escenarios donde se exhiba a los jefes de las instituciones gubernamentales locales, donde nadie gana, y los ciudadanos pierden y se confrontan, lo cual me parece que es una postura errática del manejo de los seguidores de presidente para resolver conflictos sociales. Deben de recordar estos siempre que hoy ya no es candidato, ni presidente de un partido político, López Obrador es presidente de todos los mexicanos. Se trata de que su visita a cada entidad federativa , sume y una a los mexicanos, y no por el contrario, se generen resentimientos y confrontaciones después de su visita.