
Territorio, prevención, capacitación, tecnología: nueva auditoría
La mayoría de gobernadores con desempeño en el actual sexenio realizaron cuantiosos saqueos como jamás sucedió en México. Ocho, según cifras oficiales, dejaron deudas por 186 mil 535 millones de pesos.
Esa suma supera en 121 mil millones de pesos al presupuesto aprobado para el sector salud de este año y es 2.7 veces más que los 65 mil millones destinados al Seguro Popular.
Siete de los ocho gobernadores puestos de ejemplo son del PRI y uno es el panista de Sonora, Guillermo Padrés, quien se entregó a autoridades de su estado y se puso en huelga de hambre porque un hijo suyo, al que considera inocente, fue detenido.
A Padrés se le culpa de usufructuar para sí 11 mil millones de pesos, además de un rancho con una presa, cuyas aguas pertenecían a campesinos.
El coahuilense Humberto Moreira es el más famoso por sus manejos delictivos y por su cercanía con el presidente Peña Nieto. Recibió una deuda de 323 millones de pesos y la incrementó a 36 mil 509 millones mediante préstamos avalados por la Secretaría de Hacienda.
Del gobierno de Coahuila, Moreira brincó al liderazgo del PRI, donde empezó a recibir su larga cadena de acusaciones. Relevado del PRI se refugió en España, donde fue detenido, pero quedó en libertad por gestiones de la PGR y de Relaciones Exteriores, de acuerdo a informaciones procedentes de España.
Ninguna presión ha recibido Moreira para devolver la cuantiosa suma que ya pagan los coahuilenses y, por añadidura, quiso postularse para diputado local de aquel estado.
El veracruzano Javier Duarte Ochoa protagonizó los más sonoros escándalos. Superó los desmanes imputados a Fidel Herrera, de quien recibió un faltante de 21 mil millones de pesos y lo aumentó a 45 mil 775 millones.
Los atracos fueron denunciados día a día, advirtiéndose que Veracruz fue convertido en cementerio de tumbas clandestinas. Nada se hizo por investigar a Duarte mientras ejerció el poder.
Cuando ese gobernador pidió licencia debió ser marcado con una “campana”, como se dice en el argot policíaco, y vigilarlo las 24 horas de cada día. Pero no se le quiere arrestarlo y se suceden inventos de subalternos corruptos o de cuentas a favor de los suegros, a quienes se declaró inocentes.
También fueron inventadas las historias del helicóptero que llevó a Duarte a Chiapas o a Costa Rica. En plena “búsqueda” fue estallado el cuento del exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, de su “inminente” arresto. Falso. Lleva 13 años prófugo y tampoco lo detienen.
La PGR HA dicho decenas de veces que fue parte del cartel de Los Zetas. O sea, su supuesta búsqueda reciente fue otra patraña publicitaria, de distracción.
Igual sucede con Fidel Herrera, quien fue nombrado cónsul de México en Barcelona y por los atracos de su heredero Javier Duarte le cancelaron la inmunidad diplomática.
Los abogados de Herrera le promueven demandas de amparo que le son negadas. Pese a esto no lo detienen y se la pasa tan campante, como Duarte.
Otro ex mandatario que recibe el beneficio de la impunidad es Roberto Borge, quien dejó deudas por más de 22 mil millones de pesos en Quintana Roo, donde vendió 9 mil 500 hectáreas de terrenos propiedad de ese estado. Es un intocable más.
A César Duarte le documentaron deudas en Chihuahua por 55 mil millones de pesos. Jorge Herrera endeudó a Durango hasta por 15 mil millones.
Egidio Torres, calificado como “El Zeta Mayor”, se construyó una mansión con valor de 340 millones de pesos y legó deudas en Tamaulipas por 13 mil millones de pesos.
En Nuevo León, el gobernador “Bronco”, Jaime Rodríguez, no ha podido encarcelar a su antecesor, Rodrigo Medina, a quien contabilizan desfalcos por 62 mil 946 millones de pesos.
Así es vista la era más corrupta e impune de todas, encabezada por funcionarios federales y gobernadores protegidos. Ya se verán las cuentas en su conjunto.