
Coordina Margarita con federación implementación de IMSS-Bienestar
CUERNAVACA, Mor., 14 de mayo 2019.- Hoy es más evidente la ruptura de las uniones conyugales debido al incremento en la esperanza de vida. “En el pasado no había tiempo para el divorcio porque, en la mayoría de los casos, el hombre moría antes de una posible separación, afirmó Carlos Welti, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
En 1980, 4.4 de cada 100 matrimonios se divorciaba, y para 2014 esta cifra se elevó a 18.6.
Una encuesta Nacional de Familia (2015), elaborada por la UNAM, destacó que en décadas recientes ha disminuido su tamaño y estructura promedio debido a la caída significativa de la fecundidad.
Además, en el pasado muy pocos individuos llegaban a edades avanzadas, y los viejos eran un “bien” escaso; los hijos y nietos se hacían cargo de ellos. Sin embargo, hoy el incremento en la esperanza de vida ha impactado a las familias.
La familia ha sido fundamental para el desarrollo de la humanidad y ahora su función no es sólo la reproducción, lo que representa un avance sustantivo, dijo.
El tejido social se compone de familias que aportan dinamismo y riqueza simbólica para entender las sociedades en los tiempos actuales. Hablar de ellas es referirse a redes vinculantes y cómo instituyen otros modos de existencia colectiva, pacífica, respetuosa, con amor y responsabilidad, abundó.
Los problemas se resuelven de mejor manera si formamos grupos humanos. La convivencia y la búsqueda del bien común garantizan la sobrevivencia de los individuos; sin embargo, esos valores se han perdido porque el mensaje del actual modelo socioeconómico es “sálvese quien pueda”, subrayó.
La familia, por el contrario, responde a un enfoque estratégico para resolver los problemas de la sociedad; es un arreglo institucional que cumple funciones básicas, como la reproducción de sus miembros, pero sobre todo de valores, dijo en ocasión del Día Internacional de la Familia, que se conmemora este 15 de mayo.