
Plantea Diputada iniciativas para tipificar acecho como delito autónomo
CUERNAVACA, Mor., 14 de mayo 2018.- José Luis Urióstegui Salgado, candidato independiente a la presidencia municipal de Cuernavaca, expuso sus propuestas en materia de seguridad.
“Desde hace años he manifestado abiertamente mi desacuerdo con la existencia del Mando Único en la policía preventiva en el estado de Morelos. Su existencia ha permitido el incremento e impunidad de la delincuencia, peor aún, muchos de sus elementos se han convertido en asaltantes de jóvenes y adultos que al caminar por la calle son detenidos, revisados y saqueados por quienes deberían ser guardianes de la ley.
En Morelos la policía no cuenta con una política criminológica que permita prevenir y predecir la conducta de los delincuentes, que abarque la prevención, la investigación del delito, la administración de justicia y la readaptación social, planeando de manera integral, revisando el pasado, analizando el presente y proyectando hacia el futuro, ni existen programas operativos eficaces que impidan la actuación de los delincuentes y menos existen programas que involucren a la población en la prevención del delito o en el cuidado de sus personas y patrimonio para evitar la victimización. Se ha incrementado la cifra negra de los delitos no denunciados y se han maquillado las cifras para presumir una inexistente disminución de delitos.
El ayuntamiento de Cuernavaca ha sido cómplice de todo esto al no oponerse legalmente a la asunción del mando policial por parte del gobierno estatal y nos puso en riesgo a todos pues se incrementó el robo de vehículos, la extorsión, el secuestro, el homicidio y otros delitos de alto impacto que nos han obligado a resguardarnos atrás de bardas, puertas y rejas para evitar ser afectados por los delincuentes.
La inseguridad y la impunidad están íntimamente vinculadas con la corrupción, la ineficiencia de los cuerpos policiales y la falta de estrategias gubernamentales que involucren a la sociedad en la prevención de ilícitos o conductas antisociales.
La delincuencia común ha crecido al amparo de la delincuencia organizada y, paradójicamente, en esa proporción ha disminuido el número de elementos policiales, por no aprobar exámenes de control de confianza, por amenazas de delincuentes o por bajos salarios, sin que las autoridades hayan podido reemplazar a los elementos de forma inmediata, lo que repercute en la falta de resultados favorables a la sociedad. El clima de inseguridad que se vive en algunos lugares genera inestabilidad económica, fuga de capitales y éxodos familiares que buscan en otras ciudades o países la tranquilidad que les ha sido arrebatada. Estos hechos que hoy no se aprecian en su justa dimensión tendrán efectos importantes en el mediano plazo, los capitales que se retiran dejan de producir y provocan disminución de riqueza y fuentes de trabajo, por dar solo un ejemplo de consecuencias negativas.
Para poder enfrentar adecuadamente a la delincuencia, el ayuntamiento necesita limpiar y fortalecer su corporación policial para hacerla confiables y eficiente, mejorando sus recursos materiales, tecnológicos e intelectuales, dotándoles de capacitación permanente, acompañada de estudios psicológicos y sociológicos que ayuden a detectar a quienes pueden constituir un riesgo para la sociedad; pero además es indispensable que los elementos cuenten con salarios dignos y suficientes para proporcionar a su familia un mejor nivel de vida. Este debe ser el primer gran paso hacia la seguridad pública.
Pero no es en forma vertical sino horizontal como podrá hacerse algo en materia de seguridad, la prevención no es una tarea exclusiva del estado, debe ir de la mano con la sociedad, partiendo de la familia en cuyo seno se fortalezcan los vínculos emocionales, la comunicación y la confianza basados en valores y principios que propicien un actuar responsable de niños y jóvenes que son los que más riesgo corren ante el crecimiento de la criminalidad. Fortalecer los lazos de familia y recomponer el tejido social son puntos de partida para la implementación de políticas criminológicas exitosas, que deberán acompañarse y respaldarse en la prevención del delito con policías debidamente seleccionados, capacitados, depurados permanentemente, bien pagados y equipados, apoyados en instrumentos tecnológicos ubicados estratégicamente, con análisis de información criminógena que permita detectar la movilidad delincuencial para informar a la sociedad e impedir la victimización.
En materia de seguridad pública propongo:
Primero: Desconcentrar el mayor número de efectivos posible, estableciendo módulos en sitios territorialmente estratégicos que permitan arribar de forma inmediata a los lugares en que se requiera su presencia, instalando un módulo por cada veinte colonias, de preferencia en el punto central de la zona respectiva para que las distancias sean lo más equidistantes posible, esto permitirá también que cuando algún conflicto amerite mayor fuerza de reacción, se reciba el apoyo de los módulos más cercanos.
Segundo: Realizar acciones interinstitucionales que permitan encauzar a la población localizada en las zonas más proclives a delinquir, hacia actividades productivas y de prevención que conduzcan a la disminución de los delitos, el consumo de drogas o enervantes, el pandillerismo, la violencia intrafamiliar, los delitos sexuales y los embarazos entre adolescentes.
Tercero: Dotar a los policías de prestaciones acordes al grado de riesgo que corren en el desempeño de su función, como salario, jornada laboral, seguro de vida, becas para estudios, certidumbre laboral, capacitación y crecimiento continuo.
Cuarto: Instalar equipo de video y detectores de vehículos robados en todos los accesos de la ciudad.
Quinto: En el área de protección civil y auxilio a la población en casos de siniestros o desastres, se debe fortalecer el área y actualizar el Atlas Municipal de Riesgos y el Plan Municipal de Contingencias.
Sexto: Se deben generar programas de coordinación intermunicipales para la actuación extraterritorial de la policía municipal.
Séptimo: Se debe actualizar la normativa del Consejo Municipal de Seguridad Pública y convertirlo en un órgano deliberativo en el que la participación ciudadana sea determinante para la implementación de políticas públicas de prevención y restablecer los Subcomités de Seguridad Pública para que desde cada colonia se tomen decisiones que incidan en su propia seguridad.
Octavo: Fortalecer el Heroico Cuerpo de Bomberos dotándoles de equipo moderno acorde a los riesgos que enfrentan en la lucha por salvar vidas, mejorando sus salarios y reconociendo su labor.
Noveno: La Policía Vial debe ser revisada a fondo y depurada para evitar que continúen en ella elementos que se dedican más a extorsionar a los conductores que a generar una mejor movilidad vehicular. Dotándoles de equipo moderno acorde a sus funciones y ubicándolos en los lugares en que más se requiera su presencia para hacer fluir la circulación vehicular.
Décimo: En conjunto con la sociedad organizada, generar programas que reconozcan y recompensen económicamente o en especie los servicios destacados que el personal adscrito a la Secretaría de Seguridad lleve a cabo.”