
Cooperación multilateral y desarrollo
En México, el artículo primero de la Constitución Federal dispone que, todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que México es parte, sin restricciones ni suspensiones salvo en los casos previstos por la propia Constitución, no obstantea lo anterior, la realidad difiere de lo consagrado por la ley.
Y es que hablar de igualdad de derechos parece sencillo, sin embargo, es mas complejo de lo que aparenta, pues aún existe una gran diferencia entre hombres y mujeres en cosas tan básicas como el salario por el mismo trabajo, posibilidades de ascenso laboral, acceso a la educación, incluso el equilibrio en la vida personal y laboral.
Por ello, en aras de tutelar lo anterior, es que existe el derecho a la igualdad de género, el cual garantiza que todas las personas sin importar su género, tengan acceso a los mismos derechos y oportunidades, así como ser tratadas con dignidad y respeto. Asimismo, se tutela que tanto hombres como mujeres puedan acceder a las mismas áreas de educación, empleo, salud y participación política, sin restricción alguna.
Sin embargo, lo cierto es que, pese a los avances que se han logrado en materia de derechos humanos, aún existen grandes desafíos que impiden que algunos sectores de la sociedad, específicamente las mujeres disfruten de esta igualdad de derechos, tales como la discriminación relacionada con los estereotipos, en la cual se cree que las mujeres únicamente pueden ejercer labores propias del hogar y la familia, o incluso se considera que aún y cuando desempeñan la misma actividad laboral el sueldo que perciben debe ser menor, por razón de genero.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en dos mil veintidós las mujeres ganaban en promedio 19,081 pesos por trimestre, mientras que los hombres percibían 29,825 pesos, lo cual representa una gran diferencia entre las percepciones de cada sexo, lo cual coloca de forma ineludible a las mujeres en circunstancias menos favorables en comparación con el sexo masculino.
Y es que la diferencia entre ambos sexos no solo afecta la vida laboral, sino también otras áreas como el acceso a la educación e incluso el ámbito personal, pues es ampliamente conocido que las mujeres aún y cuando ejercen una actividad laboral, también se les exige realizar las actividades inherentes al hogar y la familia, lo cual las coloca en un plano de desventaja.
Por ello, resulta necesario crear políticas de igualdad, así como programas de educación, con el fin de lograr que tanto hombres como mujeres gocen de la tan anhelada igualdad a la que se alude en la carta magna, pues solo de esta manera se garantizaría un verdadero cambio, en el que todas y todos los que habitan el país puedan disfrutar de un verdadero acceso a todos los derechos que la propia constitución y tratados internacionales establecen.