
Posponen desafuero de Cuauhtémoc Blanco
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de noviembre 2018.- A unos días del cambio de gobierno en México, académicos de la UNAM externaron su inquietud de que para la nueva administración la relación entre los gobiernos de México y Estados Unidos “no sea entendida” adecuadamente.
José Luis Valdés Ugalde, integrante del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), consideró que debe haber un “zar fronterizo” o cláusula que observe la relación bilateral desde una perspectiva distinta. En tanto, Leonardo Curzio, de la misma entidad, advirtió que la llegada de la caravana migrante a la frontera norte, y la presencia militar en ese lugar pueden suscitar un acontecimiento brutal.
A unos días del cambio de gobierno, Valdés Ugalde indicó que “la relación con EU no debe ser una parte de la política exterior mexicana, sino de una política interméstica (local-regional), pues lo que ocurre en la frontera repercute de igual modo del lado de Sonora, Chihuahua, Texas o Arizona.
“Se requiere un ‘zar fronterizo’, no sé cómo llamarlo, pero debe ser un individuo que no esté en la Ciudad de México ni en Washington, y mire la relación bilateral desde una perspectiva diferente, a través de los gobiernos subnacionales”, propuso en la mesa redonda “Análisis de las elecciones intermedias de Estados Unidos”, moderada por Juan Carlos Barrón Pastor.
En la sala de seminarios del CISAN, Valdés, investigador universitario y doctor en Relaciones Internacionales por The London School of Economics and Political Science, mencionó que no ha quedado claro cuál será el equipo que forme parte de la política exterior que dirigirá el canciller designado Marcelo Ebrard.
“Aparentemente es un equipo que viene de la Ciudad de México y que lo acompañó en el periodo durante su jefatura en el gobierno capitalino. Es preocupante porque la cancillería es una de las dependencias burocráticas, junto con Hacienda, más profesionalizadas”, opinó.
Comentó que en la Unión Americana los demócratas están resentidos con el gobierno mexicano saliente por no haber tenido el gesto de invitar a la entonces aspirante presidencial Hillary Clinton a nuestro país, en 2016, sino sólo a Donald Trump; ante ello, sugirió tender puentes de diálogo de manera equitativa, tanto con republicanos como con demócratas.