
Desaparición de personas en México. ¿Qué hacer?
El hartazgo en la sociedad ante la corrupción, fue uno de los principales ingredientes del comportamiento electoral del pasado mes de julio del 2018, que modificó el escenario político nacional y su correlación de fuerzas. Una de las principales razones de los morelenses para votar por un cambio, fue el repudio ante hechos que se han ido acumulando durante largos años. Este movimiento nacional, expresado a través de MORENA en su momento, que mantuvo al frente el actual Presidente de la República López Obrador, dio la oportunidad histórica de jalar con esa fuerza social, a un importante número hoy de legisladores, presidentes municipales, y al actual gobernador de Morelos para tener un triunfo holgado sobre sus demás contendientes.
Lo absurdo sería, que iniciando desde el gobernador del estado, a otros niveles de cargos de elección popular, no reconocieran este hecho. Hoy, los ciudadanos de Morelos, en una de sus principales demandas, están esperando que una cantidad importante de crímenes y actos de corrupción tengan consecuencias; que se castigue a los culpables y que por el contrario, no se sumen a ser cómplices de la impunidad que denunciaron de forma permanente en campaña.
Los primeros meses de gobierno, nos indican que la crisis de confianza se ha ido acumulando de manera rápida en el caso del Gobierno del Estado; el desplazamiento de parte del gobernador para los morelenses aquí nacidos y aquí radicados, fue para sustituirlos por amigos y compromisos personales, muchos de origen deportivo,y esto ha detonado ya en la percepción de un gobierno improvisado, empezando a aparecer actos inmorales que antes eran señalados. Hoy el Gobierno del Estado, el poder se puede dividir en 4 o 5 grupos muy marcados, el primero, el hegemónico, el que intenta desplazar a todos por intereses no solamente de poder, sino también económicos, este lo conforma la triada que comanda el español José Manuel Sanz, junto con el secretario de finanzas, Alejandro Villarreal, y el Güero Mercado, secretario de movilidad, los 3 no tienen contrapeso.
Por otra parte, está un incipiente grupo de algunos morelenses con experiencia, como Luis Arturo Cornejo, Orteguista de origen, Margarita Sarabia, una empresaria reconocida y exitosa, y Guillermo Ruvalcaba, secretario de Desarrollo Agropecuario, por citar algunos. Y Pablo Ojeda, un secretario de Gobierno, aislado, y limitado completamente, que ha mostrado resistencia, ante los marcados hechos que intentan minimizarlo por el señor Sanz.
Lo que todo mundo sabe, es que en el Gobierno de Morelos no pasa nada si Sanz no lo autoriza, tiene todo el control financiero, político y administrativo, preside todo y está en todo, dirían los abuelos: “es el niño en el bautizo, el novio en la boda”. Se ha ganado el miedo de todos porque saben que es capaz, de hasta desaparecer gente. El gobernador Cuauhtémoc Blanco está ausente, es muy claro que le dicen qué es lo que tiene que decir, dónde tiene que aparecerse, y a qué actos acudir. (y conste, eso lo pregona José Manuel Sanz, no es ningún invento). Todo esto, en una zona de confort, pero ha sucedido algo, se están metiendo con sus intereses. Si bien, como manejador Sanz, de cada 100, cobraba el 15 por su servicios, ahora estamos seguros que ni el propio gobernador sabe todo lo que está haciendo, o quizás se le invirtieron las cosas, Sanz se queda con el 85 y le entrega 15 al gobernador en todo lo que significa ganancias o negocios. Solo dos figuras están ausentes de este peso enorme del español. Uno, en el DIF Estatal, donde se ha mostrado orgullo y dignidad ante el intervencionismo de Sanz. Y por otro lado, un actor que poco se conoce, pero sabe de lo que está sucediendo, y de los abusos y excesos de Sanz: su hermano Ulises Bravo. Sin duda, esto marcará equilibrios en la conducción del gobierno, porque poco puede importar la política y cómo marcha el estado al gobernador. Él cumple con su agenda de muchos eventos y difusión sin que sepa él de fondo qué es lo que está pasando, pero en lo económico diría el dicho: “Se está llevando al baile al gobernador”, y reiteramos, el hermano se está dando cuenta de estos excesos. Ejemplos son en otro momento, la apertura de las Plazas Forum y Averanda, donde Sanz, en las cuotas extraoficiales fue el mayor beneficiado. Vamos a dar cuenta en los próximos meses si el gobernador se va a detener a revisarlo, o está equivocado este análisis y ya dejó todo en manos del señor Sanz, aunque no solamente le arrebate el dirigir el gobierno, sino también, hasta lo agandalle en los negocios. Veremos si duele más el pellejo, o la camisa. Ahí está Ulises Bravo.