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Cuauhtémoc marca la ruta
Hay decisiones que nos cambian la vida, el pasado mes de julio el país cambió y Morelos -siendo parte de ese proceso electoral y sexenal-, fue arrastrado en esa inercia. Sin duda, miles de ciudadanos votaron con la convicción de que le vaya mejor al país y al estado.
Sin embargo, han pasado meses ya, y en lo local no se ha hecho nada fuera de lo común; se ha caído en la trampa de la retórica de que este gobierno lleva poco tiempo y se ha olvidado que el actual gobernador y su equipo de trabajo, el Español Don José Manuel Sanz, (quien es quien realmente maneja el gobierno), lleva más de 3 años manipulando, violando la Ley y haciendo lo que quiere en el estado, incluso tomando decisiones, cuyas consecuencias aún desconocemos.
Los ciudadanos decidieron no tener miedo a un cambio, y todos estamos en el proceso de adaptarnos a las nuevas circunstancias. Los morelenses que aquí nacieron, aquí crecieron y los que decidieron hacer de esta parte de México su vida, a pocas semanas del inicio de este nuevo gobierno, se empiezan a organizar en silencio; ven con preocupación el descuido sobre lo que piensan y quieren los ciudadanos. El desprecio del actual gobernador y su manejador Sanz con la política es tal que solamente saben hacer negocios, ha roto vínculos con organizaciones y con corrientes ciudadanas que hoy ven las consecuencias de lo que está pasando.
La intolerancia del actual gobernador y de Sanz, desearían que al igual que como pasó en Cuernavaca, donde fueron deshonestos e ineficientes, que todos los ciudadanos se cruzaran de manos, fueran observadores y aplaudidores, y al contrario, lo que se busca verdaderamente es que escuchen señalamientos, sugerencias, opiniones de quienes no piensan como ellos, y se puedan garantizar los equilibrios.
Para los seguidores del ídolo del fútbol, que ven toda crítica como una ofensa, y señalan que porqué antes no se reclamaba, les diría precisamente que necesitamos organizarnos y avanzar en lo que los ciudadanos están de acuerdo, y evitar (y no permitir), que se vuelvan a cometer excesos.
Recuperar la tranquilidad y armonía de los morelenses en cuanto a la seguridad es un tema que se ve difícil por el desorden y la falta de claridad del rumbo que tiene el estado.
La preocupación de las últimas semanas de Blanco y Sanz, ha sido cómo colocar amigos, y hacer compromisos al margen de capacidades; su desprecio por la educación es entendible. Finalmente como él ha afirmado: para ser Gobernador no se necesita estudiar ni tener una poca de cultura , y menos una conducción ética en lo que hace.
Queremos que Morelos funcione y debemos pensar en términos de qué es lo que podemos hacer todos desde las trincheras que tengamos para que así sea.
Debemos evitar que los errores de un gobierno, sean los errores de los ciudadanos. El estado en el que habitamos todos, tiene que tomar la opinión y consideración de lo que todas y todos queremos. Tal parece en ocasiones, que la indiferencia de lo que pasa y ser ajenos a lo que se decide, se ha convertido en parte de nuestro comportamiento, que ante los problemas que nos enfrentamos nos dispersamos, dividimos y acabamos sin entender lo que sucede. El gobierno de Morelos efectivamente, necesita tener a los morelenses, a la mejor gente, que aún no es convocada y tampoco la han descubierto. Ojalá se invite a personas que saben y no intenten que se pague el aprendizaje de los amigos del Gobernador en sus cargos en el gobierno.
Hasta ahora, el manejador Sanz, solo lleva al gobernador a eventos sociales y mediáticos, como si no pasara nada.