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Impiden paso al CRIJ a patronato fundador
CUAUTLA, Mor. 3 de agosto de 2014.- Desde hace más de nueve años las dos hijas menores de Mariana han recibido atención médica en el Hospital del Niño y el Adolescente Morelense (HNAM), ante el diagnóstico inesperado que se comunicó a la familia.
Mariana, originaria de Cuautla, agradece que las pequeñas estén bien; hace nueve años supo que María, la menor de sus tres hijos, era portadora de Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
En cuanto se supo el resultado, la indicación médica fue practicar exámenes a toda la familia, y cuatro de los cinco integrantes resultaron portadores de VIH.
“Cuando me dijeron que mi hija estaba enferma no sabía qué hacer, me dio coraje, miedo e impotencia”, dijo Mariana, quien accedió a compartir su historia.
Sus dos hijas, una de tres meses y Jazmín de tres años, su esposo y ella tenían VIH. La pequeña de inmediato fue hospitalizada porque tenía una fuerte infección en la boca y neumonía, Jazmín de tres años inició su tratamiento médico para prevenir cualquier complicación.
En un principio el matrimonio no aceptó lo que estaba pasando y decidió seguir una vida normal.
Después de tres años cuando falleció el esposo de Mariana, ella determinó retomar su vida e ir al hospital de Cuautla para su atención médica.
La atención que he recibido del Hospital del Niño y el Adolescente ha sido integral, porque tanto médicos, como psicólogos, trabajadoras sociales y las voluntarias le han dado ánimos y orientación para salir adelante.
“Las voluntarias me ayudaron y me convencieron para que mis hijas fueran atendidas en el hospital y la verdad a partir de ese momento mis hijas están muy bien, llevamos una vida normal, hoy María tiene nueve y Jazmín 12 años”, sonríe Mariana.
Nosotras estamos muy bien porque sabemos que estamos en buenas manos, porque los médicos, enfermeras, las voluntarias, trabajadores sociales y en general todo el personal del Hospital nos han tratado bien. Por ejemplo cuando nos van a poner las vacunas, las enfermeras nos dicen que sólo es un piquetito y que no nos va a doler, agregó.
A sus nueve años María proyecta ser una buena maestra porque quiere educar a buenos niños porque ellos son el futuro del mañana, mientras que Jazmín estudiará Pediatría para cuidar que los niños no se enfermen.