CUERNAVACA, Mor. 13 de enero de 2014.- El gobernador del estado de Morelos, Graco Ramírez Abreu, retomó este lunes en conferencia de prensa el caso de Édgar Tamayo Arias, que tiene como fecha de ejecución el 22 de enero, y reiteró que el gobierno mexicano no ha logrado que el Estado de Texas cumpla con las Convenciones Internacionales y el debido proceso, por lo que consideró que “Texas se consolida como la ínsula del racismo, autoritarismo y hace gala de su herencia esclavista por lo primitivo de sus acciones”.
Ante ello, Graco advirtió que el Gobierno del Estado no bajará la guardia y continuará con el esfuerzo de hacer valer el derecho con relación a la revisión del caso.
“Morelos continúa a favor de las acciones y esfuerzos diplomáticos encaminados a la revisión del caso de Édgar Tamayo, no cejaremos en la protección y respeto de los derechos de nuestros connacionales”, afirmó el mandatario estatal.
En el acto, el gobernador morelense pidió al presidente Enrique Peña abordar este tema en la próxima reunión con autoridades de Estados Unidos y Canadá para revisar el Tratado de Libre Comercio (TLC) y que en éste se incluya un apartado laboral para proteger los derechos humanos de los migrantes, al tiempo que reafirmó el rechazo a la pena de muerte en contra del oriundo de Miacatlán.
De esta forma, el gobernador destacó que Tamayo tenía derecho a recibir ayuda consular cuando fue detenido, a pesar de que “nunca fue informado de este derecho garantizado por el Artículo 36 de la Convención de Viena Sobre Relaciones Consulares”, y refirió que el consulado se enteró una semana antes del inicio de su juicio, por lo que no tuvo oportunidad de realizar las gestiones necesarias. Además, precisó que su gobierno y los anteriores, han atendido de manera puntual el caso de Edgar Tamayo, sin respuesta satisfactoria de parte de las autoridades texanas.
En ese sentido, Graco lamentó que el morelense funja de ejemplo del trato injusto que aún reciben nuestros connacionales en Estados Unidos.
Asimismo, Abreu se pronunció por transformar el tema migratorio en un tema laboral y de competitividad, lo cual, “equivaldría a un acto de correspondencia con lo que ocurre en Estados Unidos con muchos trabajadores mexicanos que han fortalecido la economía norteamericana”, indicó.