Suiza, cerca de su primera Davis

MÉXICO, DF, 22 de noviembre del 2014.- La apuesta era atrevida, de riesgo, propia de una final de Copa Davis. Pese a su lenta adaptación a la tierra batida de Lille y la rotunda derrota sufrida ante Gael Monfils, Roger Federer decidió este sábado disputar el encuentro de dobles junto a Stanislas Wawrinka y así determinar la competición, EL MUNDO.

Si ganaba, aprovechando los espacios cortos, sus proverbiales virtudes en la red, se quitaba presión para el partido individual del domingo ante Jo-Wilfried Tsonga.

Si perdía, y además se le reproducía la lesión de espalda que estos días le acecha, dejaba el título luciendo en las vitrinas de Francia.

La apuesta era atrevida, de riesgo, y al número dos del mundo no le pudo salir mejor. Venció Suiza sin apuros, por 6-3, 7-5 y 6-4 en dos horas y 12 minutos de juego, y gracias a ello este domingo contará con dos oportunidades para levantar la primera Ensaladera de su historia.

Como la decisión de instalar arcilla, que perjudica sobremanera el estilo de juego de su líder Tsonga, Francia lamentará durante los próximos años no haber contado en la convocatoria con Édouard Roger-Vasselin. La pareja habitual de Julien Benneteau, con quien ganó esta misma temporada Roland Garros y alcanzó la final del Masters 1000 de Shanghai, se echó mucho de menos en un Estadio Pierre Mauroy de nuevo abarrotado. Richard Gasquet, el elegido para acompañar al mayor especialista galo en dobles, no estuvo a la altura e incluso en el último tramo del partido reveló problemas físicos.

Por su lado insistieron constantemente al resto los suizos, en especial Wawrinka, logrando así el único break de un primer set muy igualado, un set que en realidad decantó la partida. No pareció tener tanta importancia de inicio pero, en el segundo periodo, la tranquilidad de lo obtenido se probó crucial para el triunfo final de los visitantes. Hasta cinco bolas de ruptura salvaron éstos, sufriendo prácticamente en cada servicio, pero a la que lograron ellos una franca oportunidad de break la aprovecharon para sentenciar y dejar el tercer set sólo como un corto periodo de espera antes de disfrutar de la celebración.

Se mostró en ella mucho más sonriente Federer, que el día anterior había abandonado la pista peleado con los fantasmas de la temporada pasada, en concordancia con lo exhibido raqueta en mano. Mucho más ágil que 24 horas antes, visiblemente sano, ayudó sobre todo con la volea al trabajo de su compañero en el fondo de la pista. Su concurso ahora en los individuales se espera más cercano a su nivel habitual aunque, en caso de derrota, el estado de gracia mostrado por Wawrinka se supone un seguro.