![](https://morelos.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2023/05/1ecb6936-5636-41d9-bf29-8bac8e341c67-107x70.jpeg)
Exalcalde de Cuernavaca sale de prisión… para irse a arraigo domiciliario
CUERNAVACA, Mor. 23 de mayo de 2014.- Morelos enfrenta un crecimiento exponencial del delito de trata de personas -que va, desde los grupos de mujeres explotadas que siguen a los jornaleros agrícolas, hasta el “enganche” que por medio de las redes sociales, enfrentan menores de escuelas privadas; pasando por “los abusos y costumbres” de las comunidades indígenas- sin un protocolo que fije las reglas para evitar una doble victimización de quienes sufren este delito.
A decir de la diputada local, Erika Cortes, la incidencia de este delito, es cada día mas fuerte, avalada incluso por las complicidades entre los padrotes y algunas autoridades locales, lo que complica aún más la persecución del delito.
Segun datos de la Fiscalía General, en el último año, solamente se han registrado de 12 a 14 denuncias, con solo una persona detenida por estar involucradas en este tipo de delitos.
“En el caso de una violación o un secuestro, las mujeres afectadas siempre reciben el apoyo de la familia; en el caso del delito de trata, son estigmatizada, sobretodo si son menores de edad que son explotadas por su misma familia…en esos casos, es muy difícil la denuncia”, apuntó.
Focos rojos
Para la legisladora del Acción Nacional, en Morelos, “se están haciendo mucho más evidentes los casos de trata de blancas”, el delito ha ido permeando cada vez mas áreas sociales, sin que se hayan tomado medidas contundentes.
En su evaluación, Cortés advierte que hay ejemplos claros de la trata de personas a ojos vistos y bajo la tolerancia de las autoridades: “Sobra hablar de este pasillo de muerte que viene desde el Cañón de Lobos hacia Jiutepec, donde todo mundo ve los antros y lugares donde existe la trata en su modalidad de explotación sexual, y son tolerados”.
Mientras que en el oriente de Morelos, detalló, se ha detectado la trata en todas sus modalidades, sobretodo en las localidades donde convergen los limites geográficos con Guerrero, Puebla y Morelos.
En Jonacatepec, en Jantetelco, en Axochiapan, en Tepalcingo y Cuautla, hay una serie de “focos rojos” e inclusive, denuncias muy concretas.
“Lamentablemente en la zona oriente, se evidencia más, pero yo no te puedo decir que las demás localidades como Temixco, Jiutepec y Xochitepec, se libran de este tipo de delitos, dado que están plagados de antros, lo que, en automático nos permite detectar que hay mujeres que son utilizadas para el trata, en su modalidad de explotación sexual”.
Morelos es una entidad donde la presencia de jornaleros es permanente y junto con ellos, llegan ejemplos claros de casos de explotación sexual.
“Hay algunos lugares en donde los abuso y costumbres es muy grave…no puedo asegurar que sea parte de sus costumbres, pero en al menos dos comunidades, hemos recibido la denuncia de que hay niñas a las que se les envía a comprar cervezas, las niñas se tardan de más y las cervezas llegan frías y gratis a la casa. Esos son casos muy dolorosos, en donde hasta los mismos familiares participan”, dijo.
Sin embargo, no sólo la pobreza y la marginación acompañan a la trata de blancas, hoy en día, según refirió la legisladora local panista “hemos descubierto que hay hasta secuestro de niñas que se dejan enamorar por internet y, posteriormente son extraídas de sus casas, incluso, en escuelas particulares”.
Tres exhortos sin respuesta
Para la panista, “la situación es grave en Morelos”, empero, no tenemos una ley al respecto, no tenemos un protocolo de atención directo y eso, victimiza doblemente a las mujeres que intentan salir de las redes de la trata de blancas.
Refirió que tiene en su haber legislativo, tres exhortos para la conformación en Morelos de un protocolo de atención, sin embargo, no ha tenido eco por parte de los tres poderes para atender la problemática de un modo urgente.
“Es necesario que Morelos establezca un protocolo, donde se fije claramente que tras un operativo, la víctima de trata, no esté junto a su victimario, que no se vea obligada a señalarlo o declarar frente a él. Son una serie de candados para evitar que se dañe aun mas a la víctima y se les proteja, pero hay poca respuesta”, finalizó.