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JIUTEPEC, Mor. 25 de julio de 2014.- Puntuales a la cita, caballo espuelas y jinete se preparan: el mejor traje, la más bonita silla, el pelo cepillado y las pieles brillando. La imagen bendecida entre la reata o detrás del sombrero: hacen la reverencia y avanzan.
Al replique de las campanas y el encendido de las lumbreras, comienza la cabalgata y con ella, los festejos por el Santo Patrono del Pueblo, el Señor Santiago en Jiutepec.
Como cada año, como lo hacían sus bisabuelos, cientos de jinetes emulan el andar del Patrono del Pueblo -más parecido a un caballero armado que al seguidor de Jesús en Galilea- eso sí, iluminados por hogueras de ocote que llenan de humo y olores su camino y acompañados por la banda. No falta la cerveza, el tequila o el mezcal, todo es bueno para festejar.
Según narra Miguel Vázquez Alvarado, promotor cultural de Jiutepec, desde que tiene memoria, este 24 de julio se encienden los Ocotes para “iluminar el paso del Señor Santiago”. La tradición viene desde los años mil 600 ó mil 500.
La tradición popular señala que el objetivo de estas fogatas es alumbrar la llegada de Santiago a fin de que no encuentre oscuras las calles, ya que de ser así se enoja. En cambio si encuentra el pueblo con luz, rayando su caballo con sus espuelas de plata, lo recorre por calles bendiciendo a sus habitantes, con buenas cosechas y tranquilidad a la comunidad.
El paso de los caballerangos, dice, es una tradición más reciente que ha servido para darle realce a la festividad. “Son cosas que no se deben de perder, son cosas de la comunidad”, dice.
La fiesta del Señor Santiago Apóstol en Jiutepec, Morelos se ha convertido en una de las más importantes, tradicionales y culturales. Se celebra cada año, desde el siglo XIX y es punto de intercambio comercial, ahora, las piezas artesanales de barro, palma y materiales para el campo, se han sustiuido por productos chinos.
Eso si, no faltan los juegos mecánicos, los dulces tradicionales, los esquites, el pan de “feria” (de Tlalxcala) y el mole verde con tamales “nejos”, que vecinas de Xoxocotla venden en las puertas del Templo, como parte de la tradición popular.
La fiesta continuará hasta el fin de semana en medio del replique diario de campañas y cuetes y cerrará el domingo en la noche con un castillo.