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CIUDAD DE MÉXICO., 14 de julio de 2014.- México tiene un rezago en trasplantes de órganos respecto de otros paí;ses de América Latina, según cifras de la Comisión de Trasplantes del Consejo de Europa.
En 2012, nuestro país tuvo una tasa de 24.1 trasplantes por cada millón de habitantes, cifra baja si se le compara con la de países como Argentina (43.4), Uruguay (38.2), Brasil (36.8) y Costa Rica (30). Para el doctor Enrique Martínez, director del Registro Nacional de Trasplantes, estos datos deben analizarse en el contexto de otros indicadores.
“Es muy diferente la planeación que se hace en un país de 4 millones de habitantes y una superficie del tamaño de Jalisco, a contemplar una población de 118 millones de personas con dos millones de kilómetros cuadrados de extensión”. “Nosotros hacíamos 20 trasplantes cardiacos en el año y nuestra estadística subía de 0.1 a 0.2, y en otro país maś pequeño que nunca habían hecho uno, cuando lo hicieron su estadística se fue a 3 por millón de habitantes.
Con un sólo trasplante que fue anecdótico ya que no implicaba que tuvieran una infraestructura mejor que la nuestra” explicó el funcionario del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra). Pese a ello, reconoció que los casos de Brasil y Argentina “son llamativos por tratarse de países con condiciones más similares a las de México.
Hay que voltear a esos países, ver qué están haciendo ellos, quẃ cosas hicieron que podamos aplicar en nosotros”. Para Martínez Gutiérrez, sí existe un problema, pero no es en los trasplantes per se, sino en aquellos que se realizan con órganos de personas fallecidas.
“Sin duda el problema más serio que tiene nuestro país el día de hoy son los trasplantes con órganos de personas fallecidas, y por eso es incorrecto generalizar que tenemos un rezago en materia de trasplantes. No sólo no lo tenemos, sino que hay áreas en las que estamos muy fortalecidos” indicó.
Nuestro país ha apostado mucho por la obtención de órganos de donadores vivos y menos por la de cadavéricos. De acuerdo con el doctor Martínez, “somos de los países con el mayor número de trasplantes renales y con la mayor tasa de trasplante renal de donador vivo”. En cambio, advierte que “la tasa de trasplantes renales de donadores fallecidos es inferior a la de países incluso latinoamericanos”.
La falta de órganos de donadores cadavéricos impacta más en lo que respecta a trasplantes de hígado y de corazón. En estos casos, México tiene tasas muy por debajo de naciones como Chile y Colombia. “Si bien, nuestras estadísticas de trasplantes hepáticos y cardiacos han crecido considerablemente en los últimos años, no están a los niveles, sobre todo, porque apenas estamos trabajando en la generación de órganos, pues estos trasplantes no dependen tanto del donador vivo sino del fallecido. Allí está la razón de nuestro retraso”, explicó Martínez Gutiérrez.
El reto de México, por tanto, es obtener más órganos a partir de personas fallecidas, lo que requiere de procesos que no se desarrollan de la noche a la mañana, como capacitar al personal encargado detectar a los donantes, entrevistar a las familias, evaluar al donador y hacer toda la logística necesaria para la extracción y transporte de los órganos.
Con información de EL UNIVERSAL.