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Exitosa celebración del Buen Fin en Xochitepec
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de julio del 2014.- Cuando en agosto de 2013, Xi Jinping arribó al Campo Marte de la Ciudad de México para celebrar los 42 años de relaciones de su país con México, el jefe del Estado chino dijo a la diplomacia local, antes de entrevistarse con Enrique Peña Nieto, que llegaba a tierra azteca con “un mensaje fraterno para un amigo que se encuentra en el camino del desarrollo” y con la intención de fortalecer los lazos con Pekín.
Más tarde, los mandatarios de China y de México firmaban en Los Pinos una docena de memorandos de entendimiento y acuerdos para robustecer el intercambio científico, económico y de esparcimiento. Peña Nieto y Xi Jinping se estrecharon fuertemente las manos y después el líder chino auguró que no pasarían más de seis u ocho meses antes de que su gobierno dejara entrever sus planes para México.
El apretón de manos se reforzó unos segundos más como señal de que en adelante la relación comercial, valuada en 67,788 millones de dólares (mdd) al cierre de 2013 y con saldo a favor de 54,854 mdd para el gigante asiático, sería más estrecha entre ambas naciones.
Llegado el plazo, el embajador de ese país, Qiu Xiaoqui, apareció sonriente en la Facultad de Economía de la UNAM para dictar una conferencia. De traje y con corbata que emulaba los colores patrios chinos, así como en un perfecto español, el diplomático aprovechó la ocasión para señalar que China ve en México “dos claves” para el desarrollo compartido: estabilidad y reformas, y que por estas últimas Pekín pretende que “mucho” de los 500,000 mdd que China invertirá en el mundo entre el 2012 y 2017 “se quede en México”.
Qiu Xiaoqui reconoció que es magra la presencia del capital chino en el país, el cual no ha ido más allá de los 300 mdd en los últimos 15 años y se ha enfocado a manufacturas menores, puesto que no ha encontrado las condiciones para expandirse a sectores que no sean otros que el comercio y, muy tímidamente, el energético.
Esto, debido a políticas de tinte nacionalista que dificultan las inversiones –y no solo las chinas– en sectores estratégicos de México, dejaba entrever un experimentado diplomático, cuyo país comenzó su proceso de apertura hace 36 años, con resultados positivos.
China está interesada en invertir en la infraestructura carretera, portuaria, aeroportuaria y ferroviaria; también plataformas logísticas, como puertos secos y, por supuesto, afianzar su escasa presencia en los energéticos, respondió el embajador a los cuestionamientos de los asistentes posterior a su conferencia.
FUENTE: Alto Nivel