![](https://morelos.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2023/04/IMG_5582-107x70.jpeg)
Se informan estudiantes sobre acciones de cultura del agua
MÉXICO, DF, 19 de octubre del 2014.- «No sabíamos la cruda realidad que se estaba viviendo en México; yo veía en la televisión que secuestraban, pero nunca pensé que me iba a tocar a mi», dice don Mario, hojalatero de Tlaxcala (en el centro del país) y padre de uno de los 43 desaparecidos de Iguala, César, de 19 años, publica El Mundo.
«Aquí se viene uno a enterar de muchas cosas: que hay fosas con cientos de muertos y que van a encontrar miles con más miles de muertos… Es mi México desnudo. Pero yo sólo le ruego a Dios que mi hijo esté bien y nos los regrese porque este dolor es demasiado terrible, estamos acabados y ahora ya también indignados y enojados».
Mario hablaba así justo antes de participar en la gran manifestación que recorrió la avenida más turística de Acapulco, con miles de personas exigiendo justicia y el regreso con vida de los 43 estudiantes de la escuela de magisterio Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos hace tres semanas.
«Faltan balas para matarnos a todos», «Si no hay justicia para el pueblo no habrá paz para el Gobierno» y el ya tradicional «Vivos se los llevaron vivos los queremos». Los gritos resonaban en el turístico enclave, convertido ahora en una de las ciudades más violentas de México y se repitieron a menor escala en otros puntos del país.
«Esto nos toca a todos, ya no podemos más», sollozaba una anciana, María Velásquez, vecina de un pueblo cercano a Iguala y que desde el jueves llegó a la escuela para acompañar en el dolor a unos amigos que esperaban angustiados noticias de su hijo.
Desaparecidos, muertos, fosas clandestinas de una a otra punta del país, vínculos entre policías y narcos, entre narcos y autoridades… «Iguala destapó las cloacas de México», aseguraba Abel Barrera, el director de la organización de derechos humanos que apoya a las víctimas de Iguala, Tlachinollan. «Se acabó la simulación. Esto no es una democracia real aunque votemos y haya partidos». Barrera asegura que en muchos lugares del país «no hubo transición» y el poder «sigue ejerciéndose de forma caciquil, con policías que realmente son pistoleros a sueldo del señor, sin formación y sin cultura de derechos humanos, y el crimen organizado se empotró en ese sistema gracias a la corrupción y la impunidad».
Más información aquí: http://www.elmundo.es/internacional/2014/10/18/54416defca4741b1088b4575.html