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Soy Gobernadora de territorio, no de escritorio: Margarita
CUAUTLA, Mor., 23 de marzo de 2014.- Alejandra, a sus 16 años de edad, alejada de su madre y refugiada en el Facebook donde tiene más de 500 amigos, toma la decisión: acepta la propuesta de su novio, que apenas conoció por internet, de irse a vivir con él a Puebla, donde le espera una nueva vida con la persona que piensa le comprende y entiende en todo. Seis meses después fue rescatada por su propia madre de un tugurio en Tlaltizapán, donde era prostituida por quien prometió amarla siempre.
Al igual que Alejandra, cientos de jovencitas son contactadas a través de las redes sociales por bandas organizadas especializadas en la trata de personas. Conocen el lenguaje que ellas quieren escuchar, las promesas y las atenciones que tanto anhelan y que sólo son el anzuelo para que decenas de ellas caigan en las redes de la corrupción para la explotación de su cuerpo.
Al respecto, Carmen Genis Sánchez, directora de Prevención del Delito de la ciudad de Cuautla, informó que en la Subprocuraduría General de Justicia de la Región oriente existen 20 denuncias penales, iniciadas por madres de familia que angustiadas, algunas con un gran peso de culpabilidad, tratan de encontrar a sus hijas con edades que van de los 13 a 21 años de edad, que se fueron con el novio que conocieron a través de la internet, en los últimos cinco meses.
Cuando María (madre de Alejandra) notó la ausencia de su hija, recordó que en ocasiones le hablaba de su novio que conoció en el Facebook, pero no recordaba su nombre, mucho menos su teléfono o su dirección. Acudir con sus amigas, apenas las recordaba, entonces se dio cuenta que conocía muy poco de la vida de su hija. Sin embargo, continuó con su propia investigación.
Genis Sánchez dijo que el modo de operar de este tipo de bandas delictivas es sencillo, las contactan por internet, luego vía telefónica y hasta que las entrevistan en persona regularmente en la Alameda de Cuautla…
María visitó primero la escuela de su hija, contactó al grupo de amigas que le dieron información del novio. Se enteró que en la comunidad de Ahuehueyo, del histórico municipio de Ayala, la gente decía que había un grupo de hombres que manejaba chicas dedicadas al “table dance” y la prostitución. A pesar del riesgo y de continuar con el seguimiento de sus pistas, fue a buscar a su hija al grupo de antros que se ubican en el municipio de Tlaltizapán, al sur del estado de Morelos, que tiene fama de contar con un grupo de menores que son ofertadas a los clientes.
Después de varios meses, la encontró como bailarina, como sexo servidora, en esos negocios de mala muerte de donde pudo rescatarla y llevarla a su casa. No recibió ayuda de nadie. El Ministerio Público que conoció del caso, le decía que no tenían ni papel para llevar a cabo la carpeta de investigación, mucho menos gasolina para ir a los lugares donde podrían brindar información.
La directora del Prevención del Delito estima que consecuencia de la corrupción, desconfianza e incapacidad de las autoridades, el 50 por ciento de los casos no se denuncian ante las autoridades ministeriales.
La bandas cuyos integrantes son de Morelos contactan a su víctimas vía internet con domicilios de Puebla. Las bandas cuyos integrantes son de Tlaxcala contactan a su víctimas vía internet con domicilios de Morelos. En este triángulo Puebla, Morelos y Tlaxcala se pueden encontrar en centros nocturnos menores de edad que fueron arrebatadas de sus familias, en la mayoría de los casos que enfrentan alguna disfuncionalidad, por el alejamiento o abandono de los padres, violencia familiar y hasta agresión sexual de un familiar cercano.