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Cuauhtémoc marca la ruta
Cuauhtémoc Blanco como negocio
Fuera de nuestra entidad nadie los conoce, pero en Morelos cualquiera puede dar referencia de los hermanos Julio y Roberto Yáñez Moreno, no muy buenas por cierto. Nunca fueron buenos estudiantes, carecen de título profesional, pues lo suyo lo suyo ha sido el “business”, y en ese aspecto han vendido prácticamente de todo.
Probando en varias actividades comerciales llegaron a la conclusión de que no hay mejor negocio que tener un partido político, así que hace algunos años le arrebataron el Partido Social Demócrata (PSD) a su fundador, Jesús Escamilla Casarrubias, y desde entonces lo manejan como si fuera una franquicia de cualquier marca comercial.
En el 2012, aprovechando que tenían toda la infraestructura en cuestión de espectaculares y manejo mediático, y para que las prerrogativas quedaran “en familia”, decidieron postular como candidato a gobernador a Julio, el más chico, y como diputado plurinominal a Roberto, el mayor.
Y entre juergas y parrandas, a los hermanos Yáñez se les ocurrió el negocio de su vida: contratar a un personaje que les garantizara el triunfo en las urnas o ya de perdida un buen número de posiciones plurinominales.
Moctezuma Serratos, miembro de una familia de futbolistas que logró llegar hasta la primera división profesional, fue el enlace para contactar al ex seleccionado nacional. La oferta no era nada despreciable: seis millones de pesos gane o no gane.
Desde entonces el PSD, o mejor dicho los Yáñez, y el futbolista oriundo de Tepito han manejado el asunto como si fuera un negocio y donde el producto a explotar se llama Cuauhtémoc Blanco. Y como en cualquier empresa, los dueños compran un producto y lo revenden, para recuperar lo invertido y obtener una ganancia.
La venta de candidaturas no es algo nuevo, se da casi en todos los partidos políticos. No hay de qué espantarse. Y se puede pagar en efectivo, en especie o “con cuerpomatic”.
Lo novedoso de este asunto es que los Yáñez realizaron una especie de “subasta” con tres opciones:
Paquete 1.- Las posiciones plurinominales tanto en el Congreso como en el Cabildo de Cuernavaca.
Paquete 2.- Una candidatura uninominal a alguno de los diferentes distritos electorales locales, pero con el plus de que el futbolista lo acompañaría a los recorridos en las comunidades, garantizando así la presencia de cientos o miles de votantes en esos eventos.
Paquete 3.- La posibilidad de ser favorecidos con contratos millonarios para obras en el Ayuntamiento que presida el señor Cuauhtémoc.
Personas económicamente pudientes del estado de Morelos y algunas de otros estados han estado recibiendo ofertas para ser registrados como candidatos a cargos de elección popular, o bien, como candidatos a regidores o inversionistas cuando Cuauhtémoc Blanco asuma el puesto de presidente municipal de Cuernavaca.
Para tal fin, los hermanos Luis y Roberto Yáñez Moreno pusieron a disposición de los aspirantes la cuenta 020945509 del Banco IXE a nombre de este último, para que ahí depositen o transfieran desde uno hasta 10 millones de pesos según sea el cargo que pretenden.
Lo peligroso de este ejercicio es que los Yáñez no verifican la procedencia de ese dinero. Pero la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sí lo está haciendo y en cuanto detecta algo raro da parte a la Procuraduría General de la República.
El otro riesgo estriba en que el contrato de arrendamiento que presentó Cuauhtémoc Blanco ante el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac), es apócrifo. Con ese contrato de arrendamiento Cuauhtémoc tramitó su carta de residencia en el Ayuntamiento de Cuernavaca y su cambio de domicilio ante el INE. De hecho, la casa ubicada en la calle Cocoyoc número 138 de la colonia Lomas de Cortés muestra claras evidencias de que tiene mucho tiempo que no ha sido habitada, lo que fue confirmado por vecinos.
Hábiles en el manejo mediático, los Yáñez ya instruyeron a su candidato para que se haga la víctima en cuanto la prensa lo empiece a cuestionar. “¿Te pagaron para preguntarme eso verdad?”, le espetó el futbolista al reportero del periódico Reforma, Héctor González, cuando éste le interrogó acerca de la casa de Lomas de Cortés.
Con una carrera futbolística prácticamente acabada (en la que ha tenido que aparecer en novelas y anunciar cuanto producto le proponen), “El Cuau” ofrece una imagen denigrante cada vez que hace apariciones públicas en Cuernavaca: es como un animal de circo que obedece ciegamente a sus dueños, los Yáñez, quienes le indican cuándo dar entrevistas, cuándo tomarse fotos y cuando emprender la huida.
No puede echarse para atrás porque ya aceptó una primera parte del pago y si se raja debe “devolver la copa”, como se dice vulgarmente.
Y el riesgo es que alguno de los que participaron en esta triquiñuela, de los que conocen cómo se fraguó el posible fraude, quede a disgusto y entonces saque a la luz pública todos los detalles. Entonces sí, al Cuau y a los Yáñez se les puede caer la casa.
Hasta la próxima.