![](https://morelos.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/02/d4ab3274-f933-46ee-b85d-987614fe4af0-107x70.jpeg)
Pagará Ayuntamiento de Jiutepec deuda por 11 mdp al SAT
Elecciones: la decepción
El proceso electoral intermedio en Morelos inició con muchos ánimos entre la ciudadanía de esta entidad, pero a medida que se han ido anunciando las designaciones en las precandidaturas, el sentimiento se ha transformado en desilusión, y en una doble decepción. Y le voy a explicar por qué.
Las condiciones políticas tan particulares del estado de Morelos parecían dar muestra de que por fin tendríamos un poquito de democracia: con un partido de izquierda en el poder, con nuevos partidos políticos, con un PRI que intenta regresar al poder que dejó hace 12 años y un PAN que parecía haber aprendido la lección de que la soberbia no es buena.
Con la esperanza de Morena y su mesías Andrés Manuel. En fin, una gran gama de posibilidades de que ciudadanos interesados en la política pudieran acceder a cargos de elección popular, y por si esto fuera poco, la posibilidad de llegar por la vía de la candidatura independiente.
Sin embargo, la ilusión se fue diluyendo a medida que comenzaron los registros.
En el Partido de la Revolución Democrática, gente que fundó la organización política en Morelos desde los tiempos de Cuauhtémoc Cárdenas, que cree verdaderamente en la ideología izquierdista, fue relegada para imponer en su lugar a arribistas, a personajes sin arraigo y sin ideología, pero que forman parte del primer círculo de Graco Ramírez, ese tabasqueño que llegó al Gobierno de Morelos bajo las banderas de los partidos de izquierda pero que hoy gobierna como un auténtico dictador.
¿Qué merito tiene por ejemplo el empresario Julio Mitre Zendejas (hijo de un ex alcalde priísta) para ser candidato a diputado federal por el PRD? ¿De dónde salió el tal Javier García para ir hoy “en caballo de hacienda” por lo menos en la candidatura? ¿Qué carajos hace el lector de noticias Pablo Rubén Villalobos como pre candidato a diputado local cuando toda su familia fue cómplice de los gobiernos priístas que tanto critica el PRD?
Comentario aparte merece el caso del junior de Jiutepec, Manolo Agüero Tovar, quien después de figurar como uno de los posibles candidatos del PRI a la alcaldía de ese municipio, literalmente SE VENDE al gobernador Graco Ramírez a cambio de la aprobación del oprobioso crédito de 2 mil 800 millones que hoy nos tiene endeudados a todos los morelenses por los próximos 30 años y hoy es candidato pero del partido amarillo.
¿Qué pensará de ello su padre Alvaro Agüero y su madre Laura Tovar a quienes conocimos hace muchos años enarbolando siempre la bandera tricolor? No hay dignidad, no hay moral, y mucho menos los conocimientos básicos de la ideología política de los partidos.
Y si hablamos de los priístas la situación no es diferente.
La llegada del doctor en Economía Rodolfo Becerril Straffon, académico, experimentado, centrado, hizo creer a los priístas que habría por lo menos sentido común en las designaciones, sobre todo cuando se habló de exámenes de conocimientos, de la revisión exhaustiva de documentos, de una contienda interna equitativa, para que después salieran con el mismo cochinero de cada tres años.
Vimos casos como el de Carlos Arturo Quiroz Mújica, un empresario y abogado que inició su propia campaña desde muchos meses atrás, con una estructura, con una estrategia mediática, pero sobre todo con una propuesta ciudadana interesante. ¿Qué pasó? Pues simplemente que decidieron no tomarlo en cuenta.
Casos similares se dieron en diferentes partes del estado, donde la gente comenzó a trabajar con la esperanza de ser tomados en cuenta después de que el PRI tanto ha venido pregonando que “ya aprendimos la lección”. Pero a la hora de la verdad queda claro que nada ha cambiado. Bueno, sí. Antes quedaban los dinosaurios en las candidaturas, hoy quedan sus hijos.
Y bueno, tanto priístas como perredistas llevarán en el pecado la penitencia.
Algunos llegarán al cargo, otros se quedarán en el camino como muestra inequívoca de que no basta con tener el dinero o las relaciones para comprar una candidatura, sino que se requiere también carisma y un proyecto bien definido.
El Partido Morena, que tanto ha dado de qué hablar en los últimos meses, se desmorona también en el estado de Morelos. Se creía que era la opción para aquellos que quedaron relegados después de que Graco usó la figura de Andrés Manuel López Obrador sólo para ganar la elección desechándola al asumir el cargo.
El hecho de que desde el principio se manejara el nombre de Raúl Iragorri, un pudiente empresario morelense, como el virtual candidato del PRD a la alcaldía de Cuernavaca, provocó un poco de desánimo, pero se resignaron. Lo que vino a derramar el vaso fueron las demás designaciones, basadas en amiguismos, compadrazgos e intereses económicos. Igualito que en el PRI y en el PRD. Hoy las expectativas de ese partido están muy por debajo de las que se tenían originalmente.
En Movimiento Ciudadano se celebra la apertura que sigue teniendo para recibir candidaturas de personas de la sociedad civil. Les funcionó hace tres años y no pueden ahora echarse para atrás, con la salvedad de que ahora no van en coalición, sino solitos. No será lo mismo, además de que siempre quedará “la espinita” de que el partido lo maneja Jaime Alvarez Cisneros, quien fue empleado de Graco Ramírez por dos años. Lamentable que Francisco Coronato no haya querido competir por la alcaldía.
¿Y el Partido Acción Nacional? Tiene algunas buenas opciones, pero tienen muy poco tiempo de haber dejado el poder, y no pueden criticar libremente muchos de los problemas que no fueron capaces de resolver. Además, mandaron para Cuernavaca a un candidato destinado a perder, así que lo más interesante será ver para quienes serán ahora las posiciones plurinominales, como en los viejos tiempos de “la sagrada familia”.
Del Partido Social Demócrata ni hablamos. Todos en Morelos conocemos a los hermanos Yañez, expertos en mercadotecnia, capaces de hacer cualquier cosa con tal de preservar el registro del Partido como si fuera una franquicia comercial.
HASTA LA PRÓXIMA.