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“La dictadura perfecta”, versión tlahuica
Antes de comenzar con el tema de este lunes, agradezco a Paco García Davish, Luis Manuel Valencia y Víctor Tinoco, la oportunidad de publicar mi columna en Quadratín, cada semana a partir de hoy.
Para entender el análisis de hoy es necesario haber visto la película “La Dictadura Perfecta”. Si usted, estimado lector, no la ha visto, le puedo dar una pequeña síntesis.
La película presenta a un poderoso consorcio de la comunicación, tan poderoso que –en toda la película lo dejan claro- tienen la facilidad de poner al presidente de la República. Y hay un gobernador que nunca dicen de cuál estado de la República Mexicana es, pero podría ser de cualquiera.
La trama central es que el gobernador Carmelo Vargas tiene un grave problema de imagen pues lo cacharon recibiendo dinero del narco. Entonces se ve obligado a recurrir al poderoso consorcio televisivo, primero con la idea de entregarle un “cañonazo” de dinero que le garantice impunidad, pero luego terminan por contratar un “paquete Premium” que cuesta como el 20 por ciento de todo el presupuesto. No obstante, les incluye asesoría en el manejo de crisis.
Y es ahí donde surge el tema de “la caja china”, explicada por los propios estrategas de la comunicación, como una treta que consiste en utilizar a los medios masivos de comunicación para desviar la atención de la gente en algún hecho que haga olvidar lo realmente importante.
Bajo la premisa de que “los nombres han sido cambiados pero los hechos fueron reales”, en la película aparece un gobernador que hace lo que quiere en su estado, con un procurador y un jefe de la policía que le cumplen sus caprichos y un jefe de prensa que asegura tener “a toda la prensa local comprada”. Ah, y también un Congreso a modo.
Para desviar la atención sobre las raterías del gobernador, el consorcio de comunicación aprovecha un hecho desafortunado como es el secuestro de unas niñas para crear una historia que atraiga la atención del pueblo. Dijimos “aprovecha”, nunca mencionamos “inventa”, esto debe quedar bien claro.
Es por todo lo anterior, que cuando el pasado 17 de diciembre trasciende la noticia de que un diputado del Partido de la Revolución Democrática ha sido privado de su libertad y que tan sólo 19 horas después es rescatado sano y salvo, muchísima gente pensó inmediatamente en la “caja china” de la película mencionada.
En las redes sociales la gente expresó su incredulidad con respecto al rescate del legislador. Ese es un fenómeno digno de analizar: la gente ya no le cree a sus autoridades.
En lo personal yo sí creo que ocurrió el secuestro del diputado David Martínez, pero también sostengo que se aprovechó la circunstancia para darle una connotación política favorable al partido en el gobierno.
No sabemos de quién fue la idea, pero el hecho es que desde el principio (aún sin saber si la víctima estaba privada de su libertad o había sido asesinada) el gobierno impulsó la hipótesis de que David Martínez había sido atacado por su filiación política.
“Es un militante de la izquierda desde hace más 30 años, reconocido socialmente y comprometido con la población de nuestra entidad. Es un sólido aspirante a la candidatura a la alcaldía de ese municipio, en donde ha expresado y asumido activamente un compromiso de trabajo para recuperar la paz y la armonía en Temixco y en todo Morelos”, dijo el secretario de Gobierno Matías Quiroz a las 3 de la tarde de ese día.
Luego lanzó “la línea” que habrían de seguir autoridades y medios de comunicación:
“…la privación ilegal de su libertad representa, en principio, el ataque a su liderazgo y dada su cercanía con el proyecto de gobierno vigente, es un hecho con clara connotación política”. Es decir, lo secuestraron por ser gente de Graco.
Al otro día, cuando ya se conocía del rescate del diputado, el secretario de gobierno volvió a aparecer en conferencia de prensa (siempre sin la opción de que la prensa hiciera preguntas), y lo primero que hizo fue aportar datos que reforzaran la versión del secuestro político:
“Ya te cargó la chingada porque vamos contra ustedes”, “eres diputado del PRD, contra ustedes vamos”, “te vas a morir cabron”, dice el boletín que se repartió después de la conferencia de prensa.
En la misma, fueron difundidas fotografías de los ocho hombres y dos mujeres que están detenidos por su presunta responsabilidad en estos hechos, a pesar de que el Código de Procedimientos Penales para el Estado de Morelos, lo prohíbe tajantemente en términos del nuevo Sistema Acusatorio Adversarial que se aplica en esta entidad desde el 2008. Se incluyó a una joven que aparece en la cama de un hospital donde permanecía herida.
Para ese momento, las fotografías del diputado con las manos y los pies atados y un elemento policiaco desamarrándolo, así como imágenes del liberado con el gobernador, el comisionado Capella y la fiscal Adriana Pineda, circulaban a todo lo que da en las redes sociales.
Una gráfica mostrando el momento en que gobernador y diputado se funden en un abrazo adornó la plana principal del Diario de Morelos, rotativo que se caracteriza por difundir todos los boletines de Gobierno.
En las siguientes horas, el recién liberado se encargó de continuar con la versión de que su privación ilegal tuvo un móvil político y no económico.
“Ni tú ni todos ustedes nos convienen vivos”, dice haber escuchado David Martínez en voz de sus captores, según lo declaró a “El Universal”.
“Al no haber una petición de rescate, y al no hablarme más del tema, al concertarse que me iban a matar porque no les convenía vivo, me hizo pensar en que es una acción en contra del Gobierno del Estado”, aseguró.
Al otro día convocó a un evento en la Plaza de Toros de la colonia Lomas del Carril “para agradecer a todos los que oraron por mi durante mi secuestro”. Llegó custodiado por dos elementos de la Policía estatal y su breve discurso fue cubierto por varios medios de comunicación nacionales.
“Nada ni nadie impedirá que yo llegue a donde debo llegar para seguirles sirviendo a ustedes”, dijo, convirtiendo aquello en su primer acto de campaña en busca de la alcaldía de Temixco.
El sábado 20 de diciembre fueron presentados los presuntos responsables del secuestro del diputado ante un Juez oral y la Fiscalía General dio lectura a un documento en el que se narraban los hechos. En ninguna parte de ese documento oficial aparece siquiera la insinuación de que buscaban secuestrarlo por su filiación política.
Sobre la forma como detuvieron a los presuntos culpables dice la Fiscalía que “se recibió una llamada anónima indicando que en la Unidad Fovissste Jiutepec tenían a una persona secuestrada”, cuando el secretario de gobierno y los demás funcionarios sostenían que su localización se había logrado mediante la implementación de los más modernos sistemas de inteligencia.
En conclusión, se tiene que reconocer que no hubo montaje del secuestro de David Martínez, pero igual de grave es descubrir que, antes de saber si estaba vivo o muerto, el Gobierno ya había decidido utilizar su desaparición para obtener un beneficio político.
Por eso, cuando se dio la liberación del diputado, en lugar de llevarlo a la Fiscalía General para que rindiera su declaración ministerial como cualquier ciudadano, fue llevado a la casa del gobernador para convencerlo de la conveniencia de usar su desgracia para beneficio político-electoral del PRD-Gobierno.
HASTA LA PRÓXIMA SEMANA