
Celebra inclusión de Agencia Digital en Plan Estatal de Desarrollo
CUAUTLA, Mor., 6 de marzo de 2015.- “Lo que pasa es que no he aprendido que a Roberto no le gusta que ande en la calle”, justificaba “Alicia”, una joven madre de dos hijos y de 35 años de edad, el golpe en el rostro que le propinó su pareja, porque al llegar a su casa, ella no se encontraba. Para la Jurisdicción Sanitaria Número III que atiende a la población abierta de la zona oriente del estado, seis de cada 10 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia.
Alicia no fue al médico, la atendió su comadre, el golpe le propinó una hinchazón en su ojo izquierdo y un gran moretón en parte de su rostro, “si se entera que ustedes saben lo que me hace me mata”, dijo con temor.
Norma Elena Morales Sánchez, responsable del programa de Equidad y Género así como de Violencia Familiar en la Jurisdicción Sanitaria número III, considera que muchas de las mujeres que son violentadas en menor o mayor grado, no entienden que esa actitud de sus parejas o sus hijos no es normal, sino un acto que atenta en contra de sus derechos y pone en riesgo su integridad física y mental
“Lamentablemente, dijo, no todas están conscientes de ello y más aún les da miedo denunciar este tipo de actitudes por parte de sus parejas o familiares. Por muchas causas, las mujeres no nos comentan sobre la violencia familiar, tratamos lo que son herramientas en servicios de salud. Que la gente se acerque, que tenga esa confianza, que rompan esos tabúes que no les permite manifestar que la están sufriendo”.
Señaló que aún se tiene que trabajar mucho con las mujeres, ofrecerles toda la información que ellas puedan asimilar y entender cuáles son las situaciones de riesgo, trabajar también con los hombres para disminuir el número de agresores y con las autoridades para favorecer las condiciones que permitan el desarrollo igualitario de la comunidad.
El festejo del Día Internacional de la Mujer ayuda mucho, dijo, porque motiva a muchos a hacer algo al respecto, pero una vez que la euforia del día pasa, pocos son los que hacen un trabajo permanente en contra de la violencia hacia las mujeres.
Alicia escuchó callada la letanía de consejos que una y otra vez repetía su comadre mientras la atendía, los mismos que le ha repetido una y otra vez cada que acude a ella después de una agresión. Sin embargo, el temor reflejado en sus ojos y la incertidumbre del futuro de sus hijos uno de dos y otro de tres años, parece que pueden más en sus decisiones.