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Asistirá alcalde Enrique Galindo a reunión con el Rey Felipe VI en Madrid
CUERNAVACA, Mor, 16 de enero de 2015.- Son como una legión de artríticos, caminan doblados, arrastran los pies y apenas pueden llevar peso en las manos.
Son tantos en algunas localidades, que ya hay canciones que se ríen de los enfermos de chikungunya.
El Presidente Juan Manuel Santos pretendió minimizar los efectos del virus con una desafortunada frase: “Nadie se muere de chikungunya”.
Y alegó que algunos pecan de catastrofistas por mero interés político. Se refería a la oposición, que alertó el año pasado de la rápida expansión de una enfermedad que piensan puede afectar a un millón de colombianos en 2015.
No debían andar muy descaminados los críticos de Santos porque esta semana el Gobierno, que llevaba meses ignorando su importancia, admitió que serán 800.000 los infectados en todo el país, cifra que se quedará corta. Desde que el virus aterrizó en Colombia a mediados de 2014, las autoridades sanitarias siempre han ido por detrás del chikungunya. Solo en enero, cuando el problema se ha desbordado en numerosas ciudades, han tomado cartas en el asunto.
Descubierto en Tanzania en 1952, llegó a América Latina en diciembre de 2013. Su nombre significa “caminar doblado”, por el dolor que sienten los enfermos. Se contrae con la picadura del mosquito ‘Aedes aegypti’, el mismo del dengue y la fiebre amarilla, y el ‘Aedes albopictus’. No hay tratamiento ni vacuna para prevenirlo, solo repelente, mosquiteras y evitar recipientes de agua.
Provoca fiebres altas e incapacita a los enfermos durante meses o años por los fuertes dolores en los músculos y las articulaciones. Es como padecer artritis y sólo hay tratamiento sintomático con analgésicos y tomar mucho líquido. En algunas ocasiones puede llegar a ser mortal, si bien no es frecuente.
En una reunión en la Clínica Norte de Cúcuta, capital de Norte de Santander, una de las urbes más afectadas, “algunos médicos mostraron fotografías de bebés que habían nacido con el virus, ya que sus madres habían contraído la enfermedad en estado de gestación. Pavorosas las úlceras en genitales de esos bebés”, comentó a EL MUNDO Rosa Somavilla, una asistente.
En la actualidad, el Instituto Nacional de Salud tiene registrados 77.977 casos, un dato muy alejado de la realidad. En Cúcuta, capital del Norte de Santander, los responsables municipales alegan que en su ciudad el número real duplica o triplica al oficial -22.000- ya que la mayoría de enfermos no acude a un centro médico ni se hace análisis. Los afectados prefieren seguir los consejos de algún familiar o amigo que ya ha contraído el virus. Es tal la epidemia, que los hospitales cucuteños tienen hasta el 30% de su plantilla de baja por el virus.
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