Yaret Cordoba/ Quadratin Morelos
Atraparon al Chapo, ¿Y?
La detención de Joaquín Guzmán Loera, “el Chapo”, se ha publicitado como uno de los grandes aciertos en lo que va de la administración de Enrique Peña Nieto, el hombre catalogado como el narcotraficante más buscado en el mundo, después de AL Capone en la década de 1930 consiguió el título de “Enemigo Público número 1”.
Esto resulta un tanque de oxígeno para el gobierno federal que se encuentra sumido en una profunda crisis de credibilidad por el entorno económico, político, social y de seguridad que vive México. Y es que, la vox populi lo acusa de incapacidad para gobernar, porque pese a lo que haga, la situación en el país no se vislumbra mejor, ni siquiera diferente que el sexenio pasado.
Los mexicanos, de todas las entidades viven en ambientes plagados de violencia producto de los enfrentamientos entre delincuentes, la corrupción de los gobiernos en todos los niveles y la agresividad con que reacciona la mayoría de la población; esto deja una estela de crisis económica porque los entornos no son propicios para el crecimiento financiero de las personas, las empresas y las administraciones públicas.
Este gran logro será celebrado en México por varias semanas, sin embargo, no se ve que en las calles se pueda reflejar. El modus operandi de los delincuentes ha cambiado, ya no son algunas cabezas, en el mejor de los casos son miles de jóvenes iniciados en la delincuencia al amparo de la corrupción y deshumanización de la sociedad; en México la delincuencia común ya rebasó al narcotráfico, y Morelos es un ejemplo de ello.
Parafraseando a Graco Ramírez, “En Morelos ya no hay narcotráfico”; sin embargo la delincuencia común y los ajustes entre pandillas que educó el narcotráfico son el tormento de los morelenses. Un pedacito de realidad a los mexicanos de parte de los ciudadanos de Morelos.
La prueba más contundente de que, atrapar a un pez gordo no resuelve los problemas de los mexicanos