Disminuye la práctica de la lactancia materna en Morelos

CUERNAVACA, Mor, 7 de agosto del 2014.- De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 la práctica de la lactancia materna disminuyó a nivel nacional casi ocho puntos porcentuales de 2006 a 2012 al pasar de 22.3 a 14.4 por ciento, mientras que en el medio rural fue mucho más grave, ya que bajó a la mitad de 36.9 a 18.5 por ciento.

En el estado de Morelos la lactancia adecuada en 2006 en niños de 0 a 11 meses fue de 40.3 por ciento, para 2012 fue 27.5 por ciento, sin embargo, no se cuenta con un tamaño de muestra suficiente para estimar de la tendencia de la lactancia materna exclusiva debido a la falta de precisión en las estimaciones, informó Gabriela González del Paso, Coordinadora de Nutrición y Dietología del Hospital del Niño y el Adolescente Morelense, (HNAM).

La lactancia materna es una alimentación que debe ser exclusiva durante los primeros seis meses de vida con leche materna, después de este periodo y hasta los dos años de edad los bebés pueden complementar su alimentación con verduras, frutas y cereales, indicó la especialista.

El último registro de 2012 refiere que el 36 por ciento de las mamás morelenses lactaron de forma temprana a sus pequeños, es decir, que durante el nacimiento de sus hijos los alimentaron con leche materna la primera hora de vida.

La especialista en nutrición que de acuerdo a la ENSANUT2012 las mujeres refirieron haber dejado de amamantar a sus bebés porque creían que no producían leche, porque la mamá estaba enferma, el recién nacido no quiso, porque a la mamá no le gusto dar leche, o el bebé no se llena o por la creencia de que la leche de fórmula es mejor, entre otras.

Gabriela González, explicó que parte de los beneficios de que los recién nacidos se alimenten con leche materna es un crecimiento y desarrollo óptimos, además este alimento natural contiene ingredientes (nucleóticos) que ayudan al bebé en su neurodesarrollo, además el tipo de grasa y la estructura que contiene la leche materna ayuda a que el bebé no se estriña y digiera con facilidad el alimento, refuerce sus factores inmunológicos para prevenir infecciones gastrointestinales y ayuda a desarrollar su flora intestinal de manera adecuada.