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MÉXICO, DF, 30 de junio de 2015.- A un año, las tres principales testigos de cargo en el caso Tlatlaya cayeron en contradicciones en las declaraciones que forman parte del expediente que integró la Procuraduría General de la República (PGR), publica La Crónica.
Aseguraron que estaban secuestradas, para cambiar después su versión, y dos de ellas aceptaron que eran sexoservidoras contratadas por integrantes del grupo armado que el 30 de junio de 2014 se enfrentó a elementos del Ejército.
La veracidad de las testigos clave del proceso penal que se sigue en contra de los siete militares implicados en el homicidio de ocho de 22 civiles que murieron en una bodega, será uno de los elementos que el juez de la causa deberá valorar, a petición de la defensa de los inculpados.
En la averiguación previa AP/PGR/-SEIDO/UEITA/174/2014, que se inició contra los militares que participaron en la operación, se asentaron las versiones de las testigos Cinthia Estefany Nava López, Patricia Campos Morales y otra persona cuyo nombre se conoce pero se ha mantenido bajo el alias de Julia.
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