
Lamenta Gobierno de Morelos fallecimiento del artista Rafael Cauduro
CUERNAVACA, Mor., 9 de septiembre de 2015.- En la Sala Manuel M. Ponce del Centro Cultural Jardín Borda, el pasado domingo 6 de septiembre, a las 20:00 horas, se celebró la ceremonia de clausura del III Congreso Internacional sobre Experiencias en la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (III CIESPCI), realizado en sedes del Centro Histórico de Cuernavaca del 3 al 6 septiembre. Los encargados de ofrecer las palabras de agradecimiento y la clausura simbólica de las actividades fueron Rodolfo Candelas por parte de la Secretaría de Cultura de Morelos, Hilario Topete Lara por parte del proyecto Archivo de la Palabra de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y Cristina Amescua por parte del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Cátedra Unesco de Investigación sobre Patrimonio Cultural Intangible y Diversidad Cultural.
Luego de agradecer a los asistentes, a los ponentes y al personal involucrado en la organización del Congreso, Rodolfo Candelas, a nombre de la Secretaría de Cultura, anunció la disposición del organismo hacia la continuidad de las ideas y las nuevas dinámicas desprendidas del congreso: “Esta semilla llegó a tierra fértil, el congreso ha sido justo eso; hemos tenido en Morelos la capacidad de demostrar que somos una tierra muy fértil y que la semilla que este congreso planta es eso, es una semilla, porque viene mucho. A partir de este congreso pensamos que ahora nos toca a nosotros regar esta semilla y ver que produzca una planta que dará frutos para la sociedad morelense y en específico para los diversos sectores culturales del estado.
Sentimos que el nivel de asistencia, tanto de gente del estado como de gente que nos ha visitado, ha sido algo inédito en la historia del congreso y en muchas de las actividades académicas de este estado. Esto marca una obligación para nosotros: debemos hacer que esto no se pierda, que no sea flor de un día o estrella fugaz que brilló mucho por un momento, nuestro compromiso es hacer que esto se vuelva algo que permanezca. Ya hubo todo este enorme esfuerzo de muchas instituciones y de todos ustedes por estar aquí y crear esto maravilloso, pero ahora nos toca a nosotros hacer que esto permanezca en Morelos y reverbere en nuestra sociedad. Tenemos el firme compromiso de que así sea”, finalizó.
“Estimados sobrevivientes de este tsunami al que eufemísticamente llamamos III Congreso Internacional sobre Experiencias en la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial —dijo Hilario Topete Lara sobre el escenario— agradezco la asiduidad y la permanencia a nombre del comité organizador y del comité académico, especialmente a las instituciones convocantes, pero sobre todo a los responsables de los recintos, a quienes con su total disposición armaron paquetes, dispusieron mesas, llevaron y trajeron papelería…” La audiencia respondió con un sonoro aplauso, al que sucedió con agradecimientos para Cristina Amescua, Montserrat Rebollo y todos los ponentes, moderadores y asistentes.
“Podemos volver a nuestras tareas habituales con la seguridad de que la experiencia vivida nos ha dejado más de alguna inquietud, más de algún conocimiento, más de alguna reflexión, con la seguridad de que este ambiente de pluralidad, respeto, tolerancia, y generosidad podrá proseguir en Hermosillo, Sonora, sede de la próxima edición de este Congreso”, concluyó.
Para finalizar, Cristina Amescua compartió el balance oficial final de las actividades del congreso: de 322 ponencias programadas, fueron celebradas 280, es decir, el 89% de ellas, “lo cual, para un congreso de este tamaño, es enorme”, aseguró. “En los 4 días tuvimos un total de 730 asistentes, un nuevo record para este congreso. Y me da un enorme orgullo que haya sido aquí en Morelos en donde se haya impuesto este record. Eso habla de interés de la sociedad morelense por los temas que aquí se trataron. Pudimos construir un espacio de diálogo, de reflexión y de aprendizaje mutuo, y eso era lo que queríamos —dijo para finalizar—. Muchas gracias a todos”.
La ceremonia de clausura fue sucedida por la última actividad cultural del III CIESPCI: un dúo de corridistas surianos, Jesús Peredo y Serafín Ibarra, quienes en el mismo recinto, acompañados por guitarra y violín, ofrecieron un concierto de poco más de una hora en el que interpretaron piezas alegres y melancólicas llenas de vocabulario propio de la región, tradicionales de la época de la revolución zapatista.