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Por cada árbol derribado no sólo se pierde el recurso forestal, sino un cilindro de agua, ya que un árbol de pie sirve para la recarga de acuíferos, la regulación climática y la protección de los suelos.
MÉXICO, DF, 2 de mayo de 2015.- Refiere la frase popular que la traición de un hacha a un árbol está en el mango que la sostiene. Y es que por cada uno derribado en México se pierde no sólo el recurso forestal, sino un ‘cilindro de agua’; por ello, Eduardo Cota, director de Conservación de Pronatura México A.C., expuso en el Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM por qué vale menos un árbol talado, informó la Máxima Casa de Estudios en un comunicado.
“De pie, un árbol no sólo brinda servicios ambientales, como producción de oxígeno, control de erosión, proteínas, flores y frutos, sino la recarga de acuíferos, regulación climática y protección de suelos”.
En el seminario Buscando la sustentabilidad hídrica en México, realizado en el auditorio Tlayolotl del IGf, señaló que el suelo forestal permite la recarga de los acuíferos porque cada árbol es un ‘cilindro líquido’.
“Cada centímetro de suelo forestal desaparecido tarda aproximadamente un siglo en recuperarse”.
Reforestar
La relación entre los bosques y el agua es estrecha y lo es a su vez ese recurso hídrico como indicador de bienestar social, y México es un país de cuencas sobreexplotadas, subrayó.
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