
Fentanilo: del quirófano al narcotráfico global
Cada diez de mayo se celebra en México el Día de las Madres, en esta fecha se reconoce a todas las mujeres que ejercen uno de los trabajos más importantes y menos reconocidos en la sociedad, y es que la figura materna constituye una de las piezas fundamentales en la educación y crianza de los hijos.
En nuestro país, esta celebración fue instaurada en 1922, cuando el director del diario Excélsior Rafael Alducin, promovió el festejo del Día de las Madres; esta fecha fue elegida en virtud de que mayo es el mes consagrado a la Virgen María, símbolo importante en la cultura mexicana, además de que en aquella época, a los trabajadores les pagaban en decenas en vez de quincenas, por lo que el día 10 era conveniente para poder pagar festejos y regalos.
No obstante a lo anterior, poco se habla de las mujeres que se encuentran privadas de su libertad derivado de una sentencia, y es que de acuerdo al Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria de 2021, se registraron un total de 340 mujeres con hijos y de 343 niños y niñas que viven dentro de los centros penitenciarios con sus madres. Por ello es que existen normas internacionales que tutelan los derechos de las mujeres privadas de su libertad, tales como las Reglas de Bangkok, este ordenamiento dispone en la regla número 48, 49 y 52 que las reclusas embarazadas o lactantes recibirán asesoramiento sobre su salud y dieta en el marco de un programa que elaborará y supervisará un profesional de la salud, toda decisión de permitir que los niños permanezcan con sus madres en la cárcel se basará en el interés superior del niño. Los niños que se encuentren en el penal con sus madres nunca serán tratados como reclusos.
Por otra parte, en el ámbito nacional este derecho se encuentra protegido por la Ley Nacional de Ejecución Penal, la cual en el artículo 10 establece que las mujeres privadas de la libertad tendrán derecho a la maternidad y lactancia, así como a conservar la guardia y custodia de su hija o hijo menor de tres años, a fin de que pueda permanecer con la madre en el Centro Penitenciario, además de contar con las instalaciones adecuadas para que sus hijas e hijos reciban la atención médica.
Sin embargo, la realidad que se vive es otra, pues de acuerdo a la Encuesta Nacional de Población Penitenciaria en 2021, el 58% de las mujeres que ejercen la maternidad en los centros penitenciarios,consideran que la alimentación no es adecuada para las infancias; el 79.2% no recibe educación apropiaday el 96% no recibe materiales escolares, lo que afecta directamente al desarrollo personal y cognitivo de los niños y niñas que viven en los reclusorios.
Con lo anterior es evidente que aún existe mucho trabajo por hacer para derribar las brechas de género que existen hacia este sector de la sociedad, por lo que es fundamental que tanto el gobierno como sociedad civil trabajen de manera unida.