Cuauhtémoc marca la ruta
MIENTRAS ALGUNOS NO no le conceden ningún valor probatorio a las declaraciones que SERGIO VILLARREAL BARRAGÁN, EL GRANDE, ha expuesto como primer testigo contra el exsecretario de Seguridad Pública del segundo gobierno federal del PAN, GENARO GARCÍA LUNA, en EU, a muchos de los que vivimos en Morelos nos recordó mucho de lo que pasaba en Cuernavaca, principalmente, en torno a la presencia de ARTURO BELTRÁN LEYVA.
SECRETO ERA PARA muy pocos que el
Líder del cartel de los hermanos BELTRÁN LEYVA, ya escindidos del cartel de SINALOA, tenía en esta ciudad su residencia, que igual visitaba y gozaba restaurantes, centros nocturnos y hacía amistad con gente influyente en la entidad, no por nada las autoridades localizaron una llamada que salió del celular del JEFE DE JEFES hacía un diputado local en ese momento, justo a la hora del operativo de la Marina -y hay quien dice que de la DEA, también — en el conjunto residencial ALTITUD el 16 de diciembre de 2009.
BELTRÁN LEYVA HABÍA hecho vida en Cuernavaca. No era raro que autoridades, personajes públicos, empresarios, políticos y hasta comunicadores presumieran su cercanía con el sinaloense; era una ciudad y un estado donde aún era posible vivir, transitar por las noches y hasta convivir porque había “tranquilidad”.
LAS VERSIONES ERAN que ARTURO mantenía el control y a raya a quien se quisiera pasar de listos. A él le convenía tener “tranquila la plaza”… y así fue durante algún tiempo: hasta que lo mataron. Desde entonces la entidad vive en la violencia, la muerte y la sangre. ¿Coincidencia? Lo dudo.
AÚN HOY SE cuentan anécdotas de cómo BELTRÁN LEYVA favorecía o apoyaba cuestiones tristes o comprometidas de salud, o apoyaba a gente de escasos recursos. Incluso, hay quienes aún recuerdan verlo surcar, por las noches, por avenidas de Cuernavaca a bordo de autos de lujo y escoltado de camineras. Todas oscuras. Ostentoso, sí, pero sin meterse con nadie. Eso también era cierto.
Es decir, BELTRÁN LEYVA había echado raíz en Cuernavaca a tal grado que hasta acá debieron venir por él. Pero no sólo BELTRÁN LEYVA tenía intereses en Cuernavaca o Morelos, también el mismísimo GENARO GARCÍA LUNA, quien no sólo tenía o tiene una enorme residencia en JIUTEPEC, sino que era Vox Populi que tenía un restaurante en Cuernavaca, a unos metros de donde ultimaron a BELTRÁN.
Ese restaurante tenía clientela, pero era evidente que el gasto era mayor. Las versiones decían que era de la hermana de GARCÍA LUNA. Los “entendidos” decían que era del funcionario federal. GARCÍA LUNA Y BELTRÁN LEYVA coincidieron en tiempo en Morelos y en Cuernavaca, y no es descabellado pensar o suponer que alguna vez conferenciaron, que se vieron.
Y el comentario viene al punto porque hay quien trata de defender a GARCÍA LUNA con la versión de que los señalamientos vienen de otro delincuente como EL GRANDE, quien en aquellos años ya era uno de los lugartenientes de ARTURO BELTRÁN.
Entre las versiones que EL GRANDE entregó a Estados Unidos durante el inicio del juicio contra GARCÍA LUNA, es que ARTURO BELTRÁN “secuestró” en una carretera de Morelos a GARCÍA LUNA, como parte de sus versiones para demostrar que el exfuncionario y el capo desparecido tenían vínculos.
Y es cierto. Ese “encuentro” entre BELTRÁN y GARCÍA LUNA si existió, y en Cuernavaca se conocía desde antes de que BELTRÁN fuera abatido: ese supuesto plagio del capo contra el funcionario de FELIPE CALDERÓN fue en TEPOZTLÁN.
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