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CUERNAVACA, Mor., 17 de julio 2019.- Clausurado el primer año legislativo, el Congreso del Estado nuevamente se parte en dos y por tanto los trabajos y la producción de los diputados ha sido paupérrima. Lo peor es que ya afloran acusaciones de supuesta corrupción y enfrentamientos directos que ocasionan parálisis y estancamiento en temas de urgente resolución.
Cada grupo, fracción e incluso diputados y diputadas a título personal, tejen sus acuerdos e impulsan sus intereses, pero al final del día no concretan lo importante.
En estos momentos, con los plazos legales vencidos, no han podido nombrar al auditor superior ni al consejero faltante del IMIPE.
En el caso de la ESAF, faltó un voto que ya estaba comprometido y que de último minuto fue retirado. Se trata del sufragio de la diputada del PAN Dalila Morales, por cierto muy allegada a un poderoso secretario de estado.
Otro tema que tiene en parálisis al Congreso es la constitución de la nueva mesa directiva, donde un grupo reducido pretende perpetuarse en los mandos legislativos, a pesar de que carece del consenso de la mayoría.
La guerra interna afloró este miércoles con fuerza, cuando las diputadas Rosalina Mazarí Espín del PRI Y Tania Valentina Rodríguez del PT, cruzaron acusaciones y advertencias sobre acciones legales a seguir una contra otra.
Incluso, la priista acusó a la petista de pereza en los trabajos que le corresponden, de desinterés e incluso de acudir en reiteradas ocasiones en estado etílico.
Además la acusó de haber solapado hasta ahorita 300 pensiones doradas.
Tania Valentina a su vez acusó a Rosalina Mazarí de solapar cuentas públicas de ex alcaldes y anunció que le fincará responsabilidades por esa supuesta irregularidad.
En lo que refiere al auditor superior, el nombramiento de Miguel Ángel Romano Fuentes, saldrá en el periodo extraordinario de sesiones. También está consensuado que sea la bancada de Morena quien asuma la presidencia del Congreso.
Para la Junta Política y de Gobierno, la bancada del PES cuenta con el respaldo institucional, mientras que el PT a través de Tania Valentina ha logrado un poderoso aliado de la cúpula gubernamental cuyo apoyo le ha permitido alargar la toma de decisiones al interior de la legislatura local.
Lo más malo de este asunto es que entre los propios diputados y diputadas locales ya hay señalamientos de corrupción, ya que hay un personaje que a cada tema importante les dice en voz alta a sus compañeros: “no sean tontas, pidan algo”, esto, supuestamente a cambio de cada voto.
La situación entre los diputados está álgida y lo peor dicen los propios legisladores es que quien atranca los acuerdos es un grupo muy reducido cuyos intereses son casi siempre económicos y de cuotas de poder.
En estas condiciones, la legislatura legal convocará a periodo extraordinario en unas dos semanas.