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Continúan preparativos para CIMMA 2022
CUAUTLA, Mor., 10 de marzo del 2019.- Al calentamiento global se suma el cambio climático provocado por la urbanización que exige cada vez más industrialización,
la deforestación, cambio del uso de suelo y el turismo no controlado que consumen los volcanes Iztlaccíhuatl y Popocatépetl.
Los glaciares de México pertenecen al tipo “de montaña” y tienen la particularidad de encontrarse en estratovolcanes. El Iztaccíhuatl y Popocatépetl pertenecen a la Sierra Nevada, el deshielo de los glaciares son importantes para el abastecimiento de agua y la recarga de los mantos de agua subterráneos de diversas subcuencas y la cuenca del río Balsas.
El volcán Popocatépetl ya no cuenta con glaciares y, de acuerdo con el Geógrafo, Sócrates Carlos Villar Pérez, del glaciar Ayoloco, en el Iztlaccíhuatl queda sólo del uno al dos por ciento. El especialista coincide que para el 2020 ya no habrá hielo en los volcanes mas que en temporada invernal. Con menos humedad en el ambiente y la desaparición de los glaciares tiene como consecuencia menos manantiales y menos agua.
En entrevista, explicó que los indicadores que más resaltan son las grietas expuestas en la superficie, rocas pedestales, una delgada capa visible de hielo, entre otros. Desde la década de 1970-80, los glaciares del volcán Iztlaccíhuatl ya habían disminuido en más del 50 por ciento.
En el Popocatépetl la masa de huelo ya no existe, señala el especialista al explicar que la actividad volcánica detectada desde el año 1994 aceleró los procesos además de la degradación en los bosques con la tala clandestina en parque Izta-Popo.
Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la carrera de Geografía en la Facultad de Filosofía y Letras, Villar Pérez tiene como líneas de investigación la cartografía geomofológica, geomorfología volcánica, glaciar, fluvial, gravitacional, kárstica y costera. Consultor ambiental y Profesor en la Universidad de Londres y en la Facultad de Ciencias, UNAM.
Explicó que los procesos de urbanización modifican el microclima de la región con el aumento de la temperatura. La zona oriente del Estado de México cuya disponibilidad del agua depende del deshielo del Iztlaccíhuatl demanda cada vez más agua. El calor en el asfalto produce otro clima e impide un proceso de regeneración.
Con el desarrollo urbano que demanda más industria produce mayor emanación de CO2, una de las principales causales del calentamiento global provocado.
Aunque en el centro de “la panza” del Iztlaccíhuatl hay hielo, la capa es muy delgada, explica el también alpinista profesional quien ha sido testigo de las grietas sobre la superficie que han aparecido en los últimos años.
Villar Pérez, autor también de diversos estudios en Latinoamérica, definió que los volcanes son el termómetro, como indicadores ambientales de la zona. Señaló que para mitigar el riesgo se deben aplicar políticas públicas que detengan la aceleración en la degradación ambiental. Iniciativas que impidan más daños contra los ecosistemas.
“Recuerdo que en el Izta, la arista para entrar a la panza era de un metro y medio de desnivel, es decir, era plano. Ahora tenemos un desnivel de más de 10 metros. El glaciar del lado del Popo lo empezabas a subir arriba de las Cruces, hoy ya no existe”, relató Jorge Belmont coordinador Brigada del Socorro Alpino de México, alpinista mexicano en el portal especializado Freeman.